miércoles, 30 de marzo de 2011

El anuncio irremediable de una muerte cercana

Una vez me hablaron de los sueños premonitorios y creía que sólo algunas personas podían llegar a experimentar algo parecido, hasta que me ocurrió a mí. "Pancho Mouat venía a visitarme a mi casa. Mis familiares, junto a otras personas que me era imposible reconocer, estaban sentadas en el living, susurrando entre dientes. Las cortinas permanecían cerradas, pero un par de luces tímidas lograban penetrar en la sala oscura. Pancho reflejaba en su rostro pesar y amargura. Se sentó en una de las sillas, indiferente a todos los demás, y empezamos a conversar".

Recuerdo que esa noche me costó conciliar el sueño. Desperté varias veces en la madrugada. Imágenes en movimiento nublaban mis pensamientos y se diluían en sueños hasta que me adormecía de nuevo. "Me arrancaba todos los dientes de un tirón. Se desprendían con facilidad, produciéndo un sonido desagradable". Desperté sobre saltado, y llevé mis dedos hasta los dientes para comprobar que sólo era un sueño y que seguían ahí mismo, intactos.

Al día siguiente, recibí un correo de Francisco, en el que avisaba a todos los integrantes del taller que durante la mañana había fallecido su hermana, Catalina Mouat Croxatto, de sólo 31 años, por lo que no habría sesiones durante la semana. "Ha sido un mazazo brutal para los que la queríamos", nos escribió. Y para mí también lo fue, no sólo por dimensionar el doloroso momento que debe estar pasando Pancho y sus familiares, sino, además, por recibir a través de un sueño el anuncio irremediable de una muerte cercana. Así, por lo menos, lo interpreté yo.

"Lo siento mucho" le dije a Pancho, cuando vi su rostro alfigido, semejante al que vi en mis sueños. Estrechamos un fuerte abrazo, como muchos de sus amigos lo hicieron ese día, en el funeral. Pues un abrazo es suficiente para decir "aquí estoy contigo y siento tu dolor". Un abrazo basta, en ese momento, para decirlo todo: pero yo le dije un poco más. "Pancho, ayer soñe contigo- y mientras nos palmoteábamos la espalda, él me respondió-:"Ojalá haya sido un bonito sueño". Y yo guardé silencio, porque sabía que no había sido así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Esteban,

te has tardado en escribir, lo cual espero que no sea la razón de tu escrito... y sabes si a veces suceden este tipo de cosas no se sueños premoniciones, casualidades, como quieras verlas.
Creo que no hubiese sido agradable la respuesta, asi que es verdad a veces el silencio es la mejor respuesta.

Eres bueno, narrando y escribiendo me gusta!!!
P.D a lo cual quiero agregar mandame tu email jaja hay disculparas que directa soy.
un abrazo ya que no se si lo que escribes es realmente cierto de esa forma manera te mandaria 2 abrazos un fuertes fuertes.

César dijo...

Un abrazo para ti tammbien, compañero de los lunes de taller.

César