lunes, 23 de noviembre de 2009

Chile - Perú

          Me parece ridícula la posición de algunos compatriotas chilenos que manifiestan a viva voz su repudio en contra de nuestros vecinos peruanos –aumentando las diferencias, la hostilidad, y las descalificaciones-, cuando los verdaderos conflictos del problema no somos nosotros, los ciudadanos, sino que los mandatarios.

Esteban Acuña, La Tercera, Sábado 21 de noviembre de 2009.

martes, 3 de noviembre de 2009

MALA NOTICIA, ADIÓS DULCE HOGAR

Todo iba en su curso normal. La radio, la familia, los amigos, la polola, los trabajos, la buena suerte y cómo no, la mala también. Pero todo lo bueno terminó cuando de boca de mis padres escuché la noticia que, lejos, más me ha impactado en los últimos días: Nos cambiamos de casa.

Toda mi vida he vivido en la comuna de La Florida. Ya son diecinueve años. Y ahora me entero que por problemas económicos la única alternativa para terminar con todo este mal cuento es vender la casa. Suena muy simple, pero la verdad es que para mí es un verdadero sacrificio.

Significa dejar atrás los recuerdos de mi infancia, niñez y adolescencia, y desplazar los recuerdos de mi juventud hacia otro espacio físico. Mis padres me dicen que seguramente será por acá cerca, pero esto va más allá de la distancia. Tiene que ver con el sentimiento de desarraigo. En otras palabras, dejar tu hogar para adaptarte a un ambiente totalmente distinto al que uno ya estaba acostumbrado.

Cuántas historias quedarán atrás; cuántos recuerdos; cuántas anécdotas. Tantas, que si nombrara sólo algunas desmerecería otras no menos importantes. Es que la verdad, nunca pensé que llegaría el día en que tendría que dejar mi casa por otro motivo que no fuera cuando estuviera listo y dispuesto a independizarme, única y exclusivamente fruto de mi propio trabajo. Pero todo parece indicar que llegó el día de abandonar la casa, y yo recién curso segundo año de universidad.

Mientras tanto, no queda otra alternativa que subyugarse a lo que depara el destino. Esto explica una vez más que las cosas en la vida no son como uno quiere. Pero es imposible soslayar algo muy importante: Nada ocurre porque sí. Siempre existe un trasfondo que explica el por qué y el cómo sucedieron las cosas. Los aciertos y errores que provocaron el éxito o el fracaso.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Hipódromo de Chile

La hípica: Afición de reyes y pordioseros

Si pensaba que era necesario tener unos cuántos millones en el bolsillo para practicar la hípica, estaba equivocado, sólo basta con doscientos pesos, el mínimo para una apuesta. Si además consideró que era un deporte sólo para la elite gobernante del país, déjeme decirle, se equivoca de nuevo. En el Club Hípico no importan las diferencias de clases sociales, ni las ideologías políticas, ni el ingreso per capita de cada uno de sus visitantes. Acá sólo importan tres cosas: primero, el caballo; segundo, el caballo; y tercero, el caballo.

El Hipódromo de Chile está ubicado en la comuna de Independencia, en Santiago. Con una pista de arena de 1.645 metros se corren las carreras de caballos más importantes del país. Entre ellas, el Clásico Saint Leger, El ensayo y el Derby. Juntas, son las Triple Corona de la Hípica Nacional.

El hipódromo fue fundado en el 1900, y se estrenó con su primera disputa de carreras el 19 de septiembre de 1904. Éste, junto con el Club Hípico de Santiago y el Valparaíso Sporting Club, son los tres clubes más reconocidos de Chile.


TRIBUNA

Una pasión que sólo algunos comprenden

Una vez comienza la carrera el ambiente se enciende. ¡Paaaartieron!, grita el comentarista, y la expectación crece. Se levanta un hombre con los brazos al aire, mientras el del lado lo sigue inmerso en el más profundo trance. El comentarista no cesa ni un segundo de ilustrar con sus palabras quién va en primer, segundo y tercer lugar, hasta el último potrillo. Los caballos se acercan a la meta y ya están todos de pie, envueltos en una atmosfera de desenfreno, chasqueando sus dedos, gritando, alegando y animando a sus caballos.

No hay mayor emoción que ver llegar a tu caballo en primer lugar, asegura el coordinador de apuestas, Manuel Bravo. Según él, la expectación que provoca presenciar la carrera; mas el nerviosismo por el tiempo que demoran en partir, la ansiedad de ser el ganador, y toda la emoción que brinda el espectáculo, genera esa adicción que atrapa a los apostadores.hipodromo

Una sensación que, asegura, el dinero no puede explicar. Por eso, muchos amantes de este deporte se transforman en jugadores compulsivos. Para Manuel Bravo no se puede comparar la hípica con los juegos de azar, porque detrás de ese caballo ganador existe toda una lógica que explica su triunfo.

En efecto, detrás del caballo ganador hay, en primer lugar, un jockey o jinete que se lleva el 10% de las ganancias cuando sale victorioso de la carrera. Y cuando no, se gana los improperios y descalificaciones de todos los apostadores que encolerizados reclaman por quien consideran el único responsable de la angustiosa derrota. Así, lo sigue un preparador que gana el 40%, y un propietario del caballo que muy sentado en la galería se une a las injurias en contra de los jinetes, pero cuando la suerte juega de su lado salen a recibirlos, y de pasada, llevarse el 50% restante de la victoria.

Mientras, los fanáticos no se despegan de las carreras hasta que la suerte se compadezca de ellos. Según el preparador de Estrella Audaz, Osvaldo Martínez, un aficionado, después de suplicarle al destino una última oportunidad, logró llevarse 6 millones de pesos por una buena apuesta que significó uno de los montos más grandes que él recuerda haya ganado un apostador.

La clave secreta del ganador

Dentro del mundo de la hípica existe una serie de códigos que un novato no lograría comprender. Las técnicas, pillerías, o las famosas cábalas que suelen utilizar los apostadores son claves indispensables para los jugadores compulsivos, aquellos que han hecho de este deporte una verdadera adicción.

Sólo ellos conocen el dato, es decir, saben a cuál caballo apostar para reducir el riesgo de perder la jugada. Son hombres con experiencia en las carreras y, en más de algún caso, sus padres, abuelos y hasta bisabuelos han participado de este mundo tan particular.

Si se va por jugadas pequeñas, apueste a Ganador: cuando el caballo que escogió llegue en primer lugar se llevará parte del premio. A Superfecta, si quiere jugar con un poco más de dinero, pero debe elegir a cuatro caballos y asegurarse de que lleguen a la meta en el mismo orden que usted eligió. Casi imposible para un novato.

Si busca apuestas mayores, como a las que están acostumbrados los preparadores o dueños de caballos, váyase directo a una apuesta Pollón de Oro, que consiste en acertar en trece carreras; si le parece muy complicado, en la Apuesta Doble de Mil ganará cuando los caballos que escogió lleguen en primer lugar en dos carreras consecutivas prefijadas. Eso sí que es suerte.

Sin embargo, aquí la suerte no discrimina, y desde los simples aficionados, hasta cuidadores, preparadores, jinetes o dueños de caballos, tienen la posibilidad de llevarse una buena parte de la torta que se reparte en las carreras. Hay que tener buen ojo y el don en las carreras, como le llaman algunos. Para ello, la mayoría de los apostadores, y sobre todo quienes llevan un juego constante, utilizan las famosas cábalas para reducir los riesgos de una derrota.

Mirarles las piernas a los caballos, apostar por el que ganó en la jugada pasada, utilizar el número resultante de combinaciones numéricas creadas por los mismos apostadores, o, incluso, una mirada sospechosa del jinete hacia las graderías, son algunas de las cábalas más típicas, que si bien pueden ser gestos pequeños, en más de una ocasión, pueden ser reveladores. Parece ser que la famosa herradura guardada en el bolsillo ya pasó de moda.

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El costo de la diversión

Desde el vecino que vive cerca del hipódromo hasta el Kike Morandé, el ex Presidente Eduardo Frei, el famoso escritor chileno, Antonio Skármeta y también el jugador de fútbol, Arturo Vidal, han llegado a las dependencias del recinto para desafiar a la suerte cara a cara.

Si los personajes que visitan el lugar llaman la atención, los nombres de los caballos lo son aún más. Baila Morena, Da Vinci, Nadal, Rocaman, Della Francesa, entre otros, son algunos de los extraños nombres que los dueños dan a sus caballos.

El empleado administrador del hipódromo, Nibaldo Yañez, dice que los nombres de los caballos son simplemente la anécdota de su dueño personificada. Seguramente, Lizama (el dueño del caballo Baila Morena) vio a una negra bailando y se le ocurrió ponerle así nomás poh’, dijo entre risas.

apuesta Sin embargo, toda diversión tiene su costo. Si quiere mantener un caballo, le advierto, tiene que invertir entre los 250 a los 300 mil pesos. Pero para los administradores nada de eso importa.

Según el coordinador de apuestas, Manuel Bravo, las apuestas mueven alrededor de 450 y 600 millones diarios, y todos los recursos que sobran, como toda institución privada, se reparte entre los accionistas. Así funciona la cosa nomás, dice él.


La hípica se ha transformado en un clásico dentro de la idiosincrasia chilena. Pero cuidado, puede llegar a ser un mundo completamente desconocido para quienes nunca han experimentado la estrepitosa sensación que experimentan grandes magnates y pordioseros que ruegan por Dios ver a su caballo cruzar la meta en primer lugar.

viernes, 28 de agosto de 2009

Devotos del calor en Santiago centro

¡Esto es un vicio! me aseguró “el Pelao”– cuando le pregunté por qué venía tan seguido a los baños turcos–. Pero un vicio sano, compadre –terminó diciendo. Es que desde hace 23 años es cliente del mismo sauna y no ha dejado una semana sin visitar el lugar. Un hombre que, sin duda, disfruta del calor. Y no es para menos, si se pasea de sala en sala, desde los 45 hasta los 70 grados de calor. Perfecto para limpiar y estimular el cuerpo –me aseguró– es que no existe mejor terapia que ésta.

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Baños Turcos Miraflores & SPA”, es el baño de ‘salud y belleza’ más decente que logré ubicar. Por lo menos, las fotos de la Web, en su página oficial, me convencieron de eso. Esto es de otro nivel, me dije, cuando vi las primeras fotos: una entrada reluciente como de esos ‘resort’ del barrio alto; baldosas impecables; máquinas de última generación. Comparadas con las imágenes de otros SPA, esto era la ‘créme de la créme’.

Lo primero que intenté fue capturar la misma imagen que ese increíble fotógrafo hizo de una simple entrada una lujosa bienvenida; pero fue inútil. No me sorprendió cuando comprobé que una buena cámara fotográfica puede hacer maravillas.


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Al principio, y a primera vista, no fue agradable encontrarme con hombres paseándose en pelota, con el racimo colgando; ni chapotear por el piso mojado, mezcla de humedad y transpiración; menos sentarme donde todos –con o sin toalla– apoyan su trasero o su verga; tampoco aguantar el calor sofocante, que sólo gracias al aroma del eucalipto hacía más grato el ambiente. Así y todo, debo aceptarlo, poco a poco, me dejé estar, me eché al bolsillo los temores y comencé a tomarle el gusto al calor que invadía mi cuerpo.

Descubrí, de paso, que “salud y belleza” no era el mejor slogan para referirse con lo que me encontré dentro. Para qué, me pregunto yo, si quedaría mucho mejor así: “Baños Miraflores, años y kilos de más en un solo lugar”. Si se paseaban como Pedro por su casa, con sus barrigas hasta el suelo, en su más íntima faceta. Así se conocían todos, sin pudores ni temores, como ‘Dios los trajo al mundo’.

Gordos, flacos o terciarios de edad. Da igual. Más de uno, si es que no eran la mayoría, cliente frecuente; uno que otro – tres de cada cinco, dijo uno de los clientes, entre los que estaban allí –, debía ser gay; la duda invadía sin quererlo.

Las ‘tallas’ iban y venían dentro del sauna. Fue allí uno de los pocos momentos en que se armó una suerte de conversación. Ellos ya se conocían, se molestaban, si era en serio o no, no lo sabía, pero salía más de una de esas bromas en doble sentido; sin duda, eran los conocidos de siempre. Luego de unirme a las risas, el calor fue más fuerte de lo que pude aguantar y tuve que salir de ahí lo antes posible. Transpirado, totalmente sudado. De ahí, el giro fue radical.sauna 3

¡Qué mejor lugar para soltar tensiones! Sudaba y sudaba, y quería sudar más, sentir la gota gorda correr rápidamente por mi rostro. ¡Necesito más calor! Y me dirigí a la sala más calurosa y allí me quedé. Salí, abrí la ducha, dejé caer el agua fría sobre mi cuerpo. Volví al vapor, ahora a una sala de madera de alta temperatura, con el carbón acompañándome, al rojo vivo. Otra vez salí, directo a la sala evaporada. Luego, a la sala del eucaliptus. Ahora a la sala sofocante, donde costaba respirar. Y así... hasta que colapsé.

Cuando reaccioné, vi un anciano de aspecto venerable que en las duchas se refregaba sus partes íntimas con tanta dedicación y furia que no pude aguantar las ganas de reírme; se dio media vuelta, y el octogenario, con la misma perseverancia, aplicó esponja y jabón, esta vez, en su trasero. Notable, ¿no? Se sentía un hombre realizado. Pero ojo, un dato, transpirar no significa adelgazar, significa deshidratarse, que es bien distinto. Por eso se vende desde la cerveza con limón hasta el Gatorade para deportistas.

¡Qué naturalidad! ¡Qué dedicación! Me costó creer que existiera en este país un lugar donde la intimidad y el pudor quedaban tan fuera de lugar. Y es que existen otros mundos dentro de un mismo país, el problema es no encontrarlos, o siendo más sinceros, el problema es no buscarlos. Pero están allí, frente a nuestros ojos.


sábado, 18 de julio de 2009

La justicia por nuestras propias manos

Cuando llegué a Paris con Londres, habían miles de jóvenes amontonados frente al Hotel Vegas. Lanzaban improperios, escupían y reclamaban. Me acerqué rápidamente a la masa. Quería saber de qué se trataba el espectáculo. DSC00652 

Me abrí paso entre todo el gentío y divise un hombre que fisgoneaba igual que yo. Ni le pregunté su nombre, sólo que me contara qué provocaba toda esta batahola:

“Un flaite le robó a una señora. No sé qué le habrá cogoteao, pero un cabro chico del Instituto Nacional lo pilló y le avisó a los demás. Entonces todos salieron detrás de él. El ladrón corrió y a la primera hueá que atinó fue a entrar al hotel que está ahí. Y ahora lo están esperando afuera. Si sale, lo van a hacer cagar”, relató el caballero.

Efectivamente, los estudiantes del Instituto Nacional querían linchar al ladrón. Alrededor de lugar, mientras los colegiales armaban tan increíble exhibición, señoras, señores, trabajadores y turistas miraban con preocupación y curiosidad; otros grababan y fotografiaban como si el mundo se fuera a acabar.

Una turista española, con una vestimenta de colores y un sombrero muy particular, gritaba desesperada, una y otra vez: “¡Llamen a los carabineros, por favor, llamen a los Carabineros!”.

Se veía angustiada, pedía ayuda como una loca, y gracias a su peculiar acento, no pasaba inadvertida. Es más, todo el grupo de estudiantes que había allí la amparaba. Comprobé entonces que ella fue la atracada.

”¡Sal ahora por maricón!” “¡Lanza conchetumare te vamo' a’ sacarte la chucha!”, exclamaban algunos jóvenes estudiantes, que no tenían entre sus posibilidades buscar salidas  diplomáticas. Yo miraba y entre el olor a mierda – pisaron excremento de perro, y lo esparcieron por todos lados– y el griterío que no cesaba, pregunté a uno de los estudiantes:

- ¿Qué pasó acá, compadre?
- Ese feo culiao le robó la cámara (fotográfica) a la señora y lo' salimo’ persiguiendo, le pegamos sus pata’ en la raja pero alcanzó a entrar al hotel. Cuando salga le vamo’ a sacar la chucha por weón. Espérate nomá'.

-
¿Y la cámara?
- No sé, compadre, no tengo idea. Calmao, mira…

DSC00655Sonó la puerta de golpe, se abrió y apareció el culpable, el provocador de todo este escándalo. Alcancé a ratificar rápidamente que era flaco y moreno, después no vi más, todos los cabros se abalanzaban en su contra.

Llovían golpes, escupos, y garabatos. Formaban onomatopeyas. Era una paliza. Era un desquite.

- "¡Deténganse! ¡Suficiente!" -gritaba un señor. Otras personas lo apoyaban.
- "¡Oye, viejo culiao, no vei’ que es un ladrón, no va a cambiar. Hay que puro pegarle!” – le contestó un joven que vestía de uniforme.
El señor le contestó:
- "¡Pero están haciendo justicia con sus propias manos! ¡Carabineros debe arreglar el asunto, no ustedes!".

El joven insistía con sus argumentos que dejaban claro que para él el delincuente era un maricón que ahora tenía lo que se merecía por haber hecho lo que hizo. Pero el señor continuaba:

- “Ustedes, en grupo, están siendo igual de maricones o peores que él por agarrarlo entre varios. Ahora ustedes son los criminales".
- "Bueno, dile a los pacos culiaos que vengan pa’ acá entonces po’ – le respondió el joven, desafiante.

Existe un repudio generalizado en contra de la delincuencia. La comunidad tiene miedo. Prefiere sentenciar antes que convertirse en víctima. Se les acabó la paciencia y la confianza por cualquier autoridad que dice combatir la criminalidad. En cambio, lo reemplazó el odio, la rabia y la venganza. Se apoderaron de cada cuerpo, de cada alma, y cualquier situación sirve para despojarse toda esa carga. ¿La ciudadanía tiene el derecho a juzgar y a hacer justicia con sus propias manos?


Cuando se logran calmar un poco las ansias, llegan Carabineros. Se escuchan las pifias en repudio por el atraso y la manera en que llegan imponiendo el orden.

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“Pacos culiaos, vienen a puro webiar, después va a salir en los diario que ellos fueron los que pillaron al flaite, cuánto te apuesto", gritó un adolescente con todas sus fuerzas a lado de un Carabinero. Éste lo fue a encarar.

¿Qué sucederá el día cuando se pierda total respeto por la autoridad?, ¿cómo se intentará imponer el orden? Soy un convencido de que el respeto se gana y no es inherente. ¿Será, quizá, que no se lo han ganado?

El vándalo yacía arrodillado en una esquina de la entrada principal del hotel. Carabineros lo esposó. Acto seguido, llegaron fuerzas especiales. Entre el tumulto se escuchaban pifias y burlas. De pronto, cuando se llevaban al ladrón, todos aplaudieron. Pero no felicitaban al trabajo de la policía. Los estudiantes orgullosos de su acto, vociferaban que fueron ellos los que hicieron justicia. Los espectadores los seguían también con las palmas. El ladrón se iba escoltado por la policía.

DSC00653Lo llevaron hasta un retén. Caminaba sin polera, sin zapatillas, moreteado y escupido. Así terminó todo. Todos los espectadores se dispersaron, y otros continuaron su rumbo.

El moreno no va a cambiar. Una golpiza y una humillación de tal envergadura no es suficiente para darle una lección... Continuará delinquiendo. Quizá, para la próxima, tendrá un poco más de cuidado. Aunque puedo asegurar que nadie tenía la intención de que el flaco cambiara. Simplemente, fue una venganza, un desquite. Fue un reclamo generalizado.

DSC00658 La gente está cansada de atropellos y abusos. No sólo de quienes con cuello y corbata - y con gran sutileza - se han venido riendo frente a nuestras caras, socavando día a día nuestros bolsillos. También de todos aquellos que violan nuestra seguridad y siembran el terror.

Me refiero a esos ladrones que aprovechan el menor descuido para arremeter con fuerza y cautela, arrebatando lo que a la gente de esfuerzo les ha costado trabajo.

Hace mucho tiempo ya que desapareció eseRobin Hood, que robaba a los ricos para entregarles a los pobres. Ahora es distinto: entre su misma gente, también vale.


lunes, 13 de julio de 2009

El fútbol: ¿Pasión de multitudes?

Tras el triunfo de la Universidad de Chile los resultados, según la prensa, fueron 245 detenidos, un joven apuñalado, dos farmacias saqueadas y dos bancos dañados.

formadevidsa ¿Por qué morir por la camiseta? ¿Qué representa una camiseta? ¿Qué es un equipo de fútbol? ¿Existen límites claros que marquen la diferencia entre la diversión o la pasión, al fanatismo y la locura?

Vemos una familia que llega tranquilamente al estadio para hacer barra al equipo de sus amores. Es el gran clásico y no pueden dejar de alentar a la camiseta que han traspasado por la familia de generación tras generación.
Cambiarla por otra sería casi como un crimen.

Cuando comienza el partido, están todos expectantes. Reclaman entre ellos el mal desempeño de algunos jugadores, pero alaban las jugadas de las estrellas del equipo. Todos comentan y no falta el que hace callar. Gritan sus goles, se abrazan entre ellos, y reprochan los puntos en contra. Pero, en el fondo, están felices.

Vemos, por otro lado, hinchas competir a muerte por un equipo. Se toman las micros, rompen lo que haya a su paso, sacan la madre al adversario. Protagonizan discusiones vanas y ridículas como si el futuro del país estuviera en juego y en la mayoría de los casos desencadenan en peleas callejeras.

Voh’ soy pura moda”, discuten algunos, cuando no han pasado más de cinco años desde que formar parte de una escuadra se ha transformado en la verdadera manía del momento. Adolescentes y sobre todo mujeres que dicen jurar amor eterno por el único ocio que alimenta sus indolentes vidas. Porque no tienen otra forma de gastar su tiempo.

Y así llegan al estadio en patota, siempre en grupos grandes, y, por si fuera poco, esto es sólo el comienzo. Es la previa antes de llegar al match. Es el fanatismo personificado.

CHILE NO ES UN PAÍS FUTBOLIZADO

Es verdad, Chile no es un país “futbolizado”. El fútbol, simplemente, es el único pasatiempo que existe. El deporte, en su concepto más amplio, no existe en nuestro país y, lamentablemente, el balón pie se lleva todos los créditos. Pero hay que ser objetivo, no puedo soslayar ni negar que el fútbol, desde su lado amigable, sí funciona para unir a un pueblo entero.

Es increíble ver cómo un país tan dividido sólo por ver jugar a la Selección Chilena crea un ambiente expectante. Aflora el patriotismo, se arman las típicas juntas de amigos y familiares frente a un televisor, se adelanta la jornada laboral y Chile se convierte en uno sólo. Todo eso por sólo 90 minutos, y en un abrir y cerrar de ojos el fútbol desaparece y vuelven a quedar de pie los fanáticos.

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LA HINCHADA Y SU PASIÓN; EL JUGADOR Y SU DINERO; LA INSTITUCIÓN Y SU NEGOCIO.

Pero el cuento con las hinchadas es muy distinto. Esta moda, como la mayoría de las que existen hoy en día, fomenta la división, la exclusión y la violencia. Si a esto le sumamos el fanatismo desmedido, el ocio y la mediocridad, llegamos a extremos desequilibrados que ni siquiera los mismos hinchas, como verdaderos animales irracionales, son capaces de entender.

Por ejemplo, no es normal defender un equipo de fútbol con el mismo fervor con el que defenderíamos nuestras propias vidas. Existen diferencias sustanciales que no vale la pena mencionar.

“Mañana jugamos contra las zorras, tenemos que puro pitiarlas”. “¡Madres culiás son terrible amarillas!”. “Mi equipo lo llevo en el corazón compadre, ustedes son pura moda, tai’ vio”.

¿En qué se ha convertido el único deporte que existe en nuestro país? ¿Eso es fútbol? Es inconcebible pensar que un grupo de personas “den la vida” o “mueran” por un equipo que, en esencia, está constituido por seres humanos con un trabajo como cualquier otro ciudadano.

Y como en cualquier trabajo, existe una retribución –que no es poca- y que si no va de acuerdo a las exigencias del jugador se termina un contrato y con ello el ‘amor’ del jugador al equipo por el que jugaba. A fin de cuentas, el profesional, más que por la camiseta lo mueve el dinero.

El fútbol en nuestro país y en el mundo entero, al igual que la música, el cine, la tecnología y los medios masivos –sólo por nombrar algunos afectados, digo afectados porque es una lástima que todo se transforme de acuerdo a la lógica del mercado– se han convertido en una gran máquina comercial. Todo genera dinero, y el dinero mueve las masas, las conciencias y los corazones de muchos aficionados.

El futbol es un negocio más que a través de la estrategia publicitaria busca generar adeptos. Salvo las alegrías de algunos y las rabias de otros, los beneficios al país son nulos: no aumenta el empleo, no se eleva el nivel de la educación, ni mejora salud. Todo sigue igual.

Una empresa como el fútbol busca hacer creer a los aficionados que ellos forman parte de los logros de todo un equipo, que nada de lo bueno sucedería si ellos no estuvieran. Y más, cuando gana el equipo ganan todos sus seguidores también, sin importar que la supuesta ‘ganancia’ no se aprecie por ningún
hinchadavilentalado.

¿QUÉ ES DEL FÚTBOL SIN EL HINCHA?

El fútbol sin ese tipo que dice ser hincha, pero que en realidad es un fanático perturbado, ocioso, indolente e ignorante, sería mucho mejor.

¿De qué nutre la pasión por el futbol? De energías, está claro que sí. Pero de nada sirve tener tantas energías para malgastarlas desquitando la rabia tras una derrota.  De nada sirve armar un campo de batalla donde la posibilidad de cobrar vidas humanas ya ha sido, más de una vez, una trágica realidad.

Las “barras bravas”, los “fanáticos” o “extremistas” se han tomado el fútbol: deporte de multitudes. No han aceptado que todo esto es un juego y quieren formar parte de una victoria de la que no son parte. El tiempo malgastado, el ocio, la ignorancia, la violencia, son algunos factores importante que han coartado la posibilidad de que cualquier familia vaya al estadio a ver a su equipo favorito.

Las hinchadas bravas han transformado el balompié, el único deporte que tenemos en nuestro país, (respetando, obviamente, a los miles de deportistas que existen en Chile) en un deporte de mediocres, holgazanes y retrógradas.

sábado, 11 de julio de 2009

Infórmate, edúcate, lee: Abre los ojos

“La vida es como un paseo en un parque de diversiones. Cuando te subes piensas que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. El paseo sube y baja, da vueltas, tiene emociones, sustos y es coloreado con luces…. Es muy ruidoso y divertido, por un rato. Algunos han estado en él por mucho tiempo y empiezan a preguntarse ‘¿Esto es real o es sólo un paseo?’ y otras personas han recordado y nos han dicho ‘oye, no te preocupes, no temas nunca, esto es sólo un paseo’, y las hemos matado. Es sólo un paseo… pero siempre matamos a esos tipos buenos que tratan de decirnos eso, ¿lo has notado?… y siempre dejamos a los demonios que sigan libres.       
                                                    Bill Hicks, comediante norteamericano

  
1133285364_e021c397f4_mQué difícil se torna la vida cuando pensamos que nada es como parece. Que somos un simple punto dentro de millones, una idea dentro de mil pensamientos, o la nada dentro de un todo. Dicen que mientras más aprendes más te defraudas del mundo. Que una vez abras los ojos nunca más volverás a cerrarlos.

Basta tomar un libro y leer. Apagar la tele, salir de casa, caminar, escuchar y aprender -y no hacen falta décadas de estudio- para decir: “Aquí algo no anda bien.

Existen mucha gente que no quiere entender y colmados de inercia y desidia prefieren dejar todo tal como está. Por indiferencia, costumbre o, simplemente, porque les conviene. Pero de paso ayudan a ellos. Me refiero a aquellas personas que luchan desesperadamente para que todo siga igual, porque ellos de verdad no quieren cambios. El sistema actual les mantiene cómodos, por el momento. Como mucho, aceptan algunas modificaciones al sistema, pero que sólo pintarrajean la punta del iceberg.

La historia se ha encargado de demostrar lo que sucede cuando se lucha por cambios verdaderos. Es decir, cambios que modifiquen el sistema actual. Basta con ver cómo los peses gordos mueven sus títeres para mantener todo tal cual esta, sin importar las consecuencias ni el costo que eso conlleve.

Los medios masivos, en tanto, intentan denunciar las injusticias de nuestro país, pero sólo con una oposición “discreta” frente al gobierno. Alertando sobre problemas superficiales, que no se afecten a los magnates del poder. Porque ellos gozan de privilegios y atribuciones que sólo acceden por tener una cuenta abultada de dinero, y nada más. Porque son puro número y su mente no les alcanza más que para cálculos superfluos.

Ellos son los poderosos que satisfacen sus ansias a costa de las penas y desgracias de todo un pueblo, de una ciudad, de un país, de un continente, del mundo entero. Hombres con dinero que impunemente continúan coludidos mediante pactos, sociedades secretas y reuniones, discutiendo entre cuatro paredes el destino de todo un pueblo. Ellos son los protagonistas de esta comedia. Y como en toda comedia, la tragedia es inevitable.

LA DECADENCIA DEL PODER

El poder se gana a través  de distintas posibilidades. Del respeto, del miedo, del apellido o el dinero. El respeto, por su parte, se adquiere a través de la admiración, de la fascinación hacia el “bien” o el “mal”. El miedo, a través de las armas o el terrorismo. El apellido, por la familia aristocrática o extranjera. O sencillamente a través del dinero, que en el mayor de los casos se adquiere mediante estafas, engaños, colusiones y, en el peor de los casos, cuesta vidas.

Así funciona el poder. Las mentiras van y vienen, y, como Pedro por su casa,  transitan con el emblema de la democracia.

No soy pesimista ni tengo mala fe, pero existen pruebas suficientes para condenar a muerte a todos aquellos que permiten que existan injusticias e inequidades flagrantes. A los verdaderos dirigentes de nuestro país.

La economía, está controlada por los empresarios de Harvard de siempre. La política, por la descendencia de las mismas familias que han venido gobernando el país en los últimos 30 años, los mismos partidos y los mismos votantes de siempre. La cultura y los medios de comunicación, controlados por un grupo que es posible contar con los dedos de las manos.informate d vdd

El panorama de hoy no es muy alentador. Vimos como un Gobierno que dice ser democrático defraudó su oportunidad para ser recordado como el que terminó como una dictadura y como el mejor gobierno de todos los tiempos.

En cambio, le dio la mano a la derecha y por debajo de la mesa hubo tratos y arreglines. Y ahora la oposición carga con el anhelo que por años a tratado de concretar: llegar a La Moneda.

No estando conforme con el poder económico, quieren llegar a abultar el poder político y están cada vez más cerca de obtenerlo… Ahora no queda más a ver que pasa en un próximo gobierno.

lunes, 6 de julio de 2009

De hocico al suelo… y todavía no aprendo

Habrán sido una, dos, tres o hasta cuatro veces que, luego de una jornada de jolgorio, risas y alcohol, he terminado arreglando cuentas con el suelo. Tanto así, que debo tratar con él cara a “tierra”; y ahora, esperar unos días para que se me deshinche y cicatrice la herida, una mancha café que me quedó debajo de mi ojo derecho.

Recuerdo que la primera vez fue una mañana, después del carrete. Caminaba con mis amigos de vuelta a casa. Todo iba perfecto, hasta que -entre risas y juegos de manos (“son de villanos”)- desafié a Nicolás a un round estilo boxeo. Aceptó. El cuadrilátero era toda la calle; y el arbitro, nosotros.

Las consecuencias fueron dignas de una pelea de machos. Quedé con mi ojo morado y Nicolás con su brazo rasmillado. La peor parte me la llevé yo que tuve contar una verdad que a ojos de mis padres parecía un cuento que inventaba para encubrir una pelea, un asalto a mano armada, o  una locura de borracho.

Esto no terminaría así como así. Yo estaba dispuesto a dar una revancha, pues no quería aceptar mi derrota. Volví a retar a un duelo cara a cara y volvimos a convertir las calles en un ring de lucha. Ésta vez mi cara no quedó hinchada ni adolorida, sólo una mancha negra debajo de mi ojo que delataba un derechazo, directo al ojo, sin mucha fuerza. A Nicolás simplemente le quedó un rasmillón, con sangre, feo, pero en el brazo; a mí, en cambio, en la cara.

Tuve que volver pagar las consecuencias. Conté a mi madre la anécdota y, como lo esperaba, fue una verdad cuestionada. ¿Quién me iba a creer? Peor aún, tuve que volver a la pega y atender a los clientes con un ojo moreteado. Probé con base, pero sólo duraba un rato. Después me comprometí con Nicolás: no volveríamos a pelear. Quedamos en eso, nos desquitaríamos de otra manera. Si después de todo las peleas no eran más que una forma de soltar tensiones, y vaya que servía.

Hasta el día de hoy creía que nada parecido volvería a suceder. No más peleas ni juegos tontos; sólo conversas, risas y nada más allá. Era de mañana, camino a casa. Sí, estábamos ebrios; ebrios y felices. De repente, siento un peso -que mi cuerpo no fue capaz de soportar- tan repentino, que mis piernas se desplomaron, mis manos no sé dónde quedaron, y lo primero en interceptar con la superficie fue mi cabeza. Fuerte y directo. ¡Dolor!

Fue Jano. Saltó sobre mí. Pobre huevón que creyó que lo sostendría. Ni me avisó siquiera para estar preparado. Al principio, fue motivo de chiste. Apenas sentí una hinchazón, corrí hasta el espejo de un auto y miré mi rostro. Era lo que esperaba. De vuelta a lo mismo: “Mamá, es que hueviando con los chiquillos me saqué la chucha…”. Otro cuento para mis padres, otra borrachera más, otro “este cabro está perdido”.

En fin, habrá que esperar a que mi ojo vuelva a la normalidad para cobrar parte. Espero que la próxima vez sea yo el que salte arriba de alguno; espero ser yo el que ría, y ser el que aprenda de una vez por todas la lección, que ya estoy cansado de llegar a acuerdos con el suelo si, finalmente, quedan en nada.

domingo, 28 de junio de 2009

Más que una fotografía: Pseudoperiodismo


414181_400 La labor periodística siempre ha estado sujeta a innumerables críticas. Por esa razón y otras más, no podemos arriesgarnos a poner en cuestionamiento nuestra credibilidad, porque siempre está en juego y es lo poco y único que nos va quedando.

La fotografía en los jardines de la Casa Blanca entre Barack Obama, Michele Bachelet y los periodistas chilenos, es el resultado de un pseudoperiodismo intolerable. Y ojo, que yo no soy un “tonto grave”.

¿Cómo voy a esperar que el periodismo goce de seriedad y mantenga su credibilidad, que día a día es cuestionada, si no se piensa dos veces antes de botar la grabadora, papel y lápiz, para posar en una fotografía con el Presidente de los Estados Unidos?

Para ejercer el periodismo se debe separar lo personal de lo profesional. Más allá de cómo me caiga Barack Obama, el negrito buena onda, o el superhéroe, como ya lo catalogaron algunos, no puedo parecer un amante y fiel admirador de un Presidente que el día de mañana, pase lo que pase, voy a tener que criticar y denunciar.

¿Cómo voy andar por la vida dando abrazos y apretones de mano a todos aquellos políticos, empresarios, funcionarios, obispos y figuras públicas que después debo reportear?

El periodismo cumple el derecho de cada ciudadano a informarse con datos verdaderos. ¿Los lectores, auditores o espectadores tienen el derecho a cuestionar mi objetividad y seriedad si demuestro simpatía o admiración hacia un personaje que debo acechar e incomodar con preguntas ingeniosas? Claro que tienen el derecho.

Tal como dijo en “El Mercurio” el Presidente del Colegio de Periodistas, Abraham Santibáñez, el periodismo no depende de mis gustos, ni de mis simpatías, menos de cómo me traten. “En el periodismo se debe marcar claramente la diferencia entre información y opinión”.

La independencia y la credibilidad no pueden ponerse en juego. Cuando un personaje en cuestionamiento cree que puede tener a raya a un periodista mediante favores, regalitos, fiestas y reuniones baratas, vamos por mal camino. Yo quiero un periodismo conflictivo, denunciador e intimidante.

Cuando escucho decir que los medios tienen la culpa de esto y de lo otro. Cuando escucho decir que somos nosotros quienes ocultamos la información. Que nosotros somos garantizas de las acciones ilegítimas del gobierno. Cuando escucho todo eso y mucho más, no puedo aceptar ni aplaudir una fotografía que permita seguir cuestionando la independencia y la credibilidad, que nunca es suficiente, pero que ha logrado desbaratar corrupciones, actos ilícitos y cuántas otras injusticias.


Por eso mismo, tal como señaló Santibáñez, “no me gusta que los periodistas se saquen los partes ni compartan festejos con quienes deben hacer cumplir la ley”.

domingo, 21 de junio de 2009

Icreibnle pero cietrto

Sgeún un etsudio de una uvirnesidad ignlsea, no improta el odren en que las pabalras etsén esrcitas, tan solo la priemra y útlima lreta son raelemtne elmeetnaels. El rsteo pedue esatr mal ecsrtio y aun así se enitedne.

Étso porque no leméos cada lerta por sí misma, snio cmoo un tdoo.

Asiuqe… ecsrbimaos mal, toátl, iagul se etneidne. ¿ctireo?

sábado, 20 de junio de 2009

!Yo no extraño el colegio!

Por alguna razón no puedo entender a la gente que extraña el colegio de tal manera que daría cualquier cosa por volver a aquellos días de ocio. Para algunos –y es respetable-, fue una etapa importante en sus vidas; para mí, una tortura que duró doce años.


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Cuántas personas me han dicho que darían lo que fuera por retroceder el tiempo y detenerlo en la enseñanza media, y cuántas otras me han preguntado si lo extraño. No fíjate -les contesto-, no lo extraño, ni un solo día.

¿Qué tendría que extrañar? ¿Los cuadernos forrados? ¿(Algunos) Profes chantas? ¿La vida uniformada? ¿El corte tradicional? ¿La clase de Biología, Física y Matemáticas? ¿O Religión hasta Cuarto Medio? Qué asco.

Maldita condena que tuve que pagar. Entrada a las 7.45. Salida a las 13.30. Todos los días. “Los atrasados en esta fila” -decía el dictador, digo bien, el director- cuando llegábamos pasados de la hora. “En esta otra fila los que no tienen el uniforme correcto; y por ésta los que tienen el pelo largo”. Así como en un verdadero cuartel.

En los un cuarteles, si mal no recuerdo, no hay espacio para los pensamientos ingeniosos. No existe espacio para abrir la mente, lanzar ideas al aire, atraparlas, manejarlas y finalmente crearlas. En el colegio, todo era tan estructurado y tan limitado que terminó coartando mis pensamientos.

Pero aún así, sabiendo estas limitaciones y advertencias, quieren volver al colegio. Pongo las manos al fuego a que es para “hueviar en las clases con mis compañeros” o para “no tener tantas cosas que hacer”, como responde la mayoría de los nostálgicos.

La primera respuesta es típica de un weón que iba a puro hueviar al colegio, igual que yo, para qué andamos con cosas. La diferencia está en que a mí ya no me llama la atención hueviar en clases, o sea, no tanto. Y menos me llama la atención gastar horas de mi vida para volver precisamente al colegio y seguir hueviando allí. Ya hubo tiempo para eso.

La segunda respuesta es típica de un hombre sin convicciones ni objetivos en la vida, que prefiere estar tirándose las weas todo el día antes que darse unos minutos para cultivar su mente. ¿Para qué vivir -me pregunto- si no existen ilusiones ni anhelos? Parece que el único valor más grande que puede entregarnos la educación de nuestro país es paja, flojera y desmotivación.

De nada me sirvió el pelo cortito, la clase de religión, los zapatos lustraditos, la cara afeitada. De nada. Pero sí rescato las risas, los amigos que conocí y que mantengo, la rebeldía premeditada, las suspensiones, las citaciones de apoderado, las cancelaciones de matrícula, entre otras cosas. Poco y nada me enseñó el colegio, y lo que he aprendido ahora, en estos años de universidad, valen mucho más que los doce putos años que pasé encerrado.

jueves, 18 de junio de 2009

Reportaje tendencias

Atrapados en la web:
¿Fanáticos de la Red, o verdaderos
adictos?

Si estás ‘online’ la mayor parte del día. Si has perdido el control de ti mismo. Si muestras síntomas psíquicos de aislamiento. Si deseas pasar cada vez más tiempo conectado, o si has perdido muchas horas de sueño, y todo esto comienza a traerte problemas con tu pareja, familia o trabajo, podrías estar atrapado en la Web. Algunos especialistas lo definen como adicción a Internet; otros dicen que se trata sólo de un uso abusivo de la Red y niegan que exista este trastorno. Dependiente o no, todo exceso trae malas consecuencias, y hasta en el peor de los casos, la misma muerte.


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Según el DSM IV, el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales, ésta aparente sicopatía no figura dentro de la lista de enfermedades. Luis Aleman, psicólogo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Central formado en La Habana, informa que cada cuatro años se hace una reactualización de éste manual. “Hace cuatro años atrás no se presentaban los problemas que existen hoy con Internet. (Pero) no dudes ni 15 segundos que la sicopatía de la adicción del Internet va a aparecer (en la próxima actualización)”.

Algunos expertos consideran la adicción a Internet como una enfermedad consolidada en la actualidad y que ha ido en aumento en los últimos años. La neuropsiquiatra, Amanda Céspedes, estima que la adicción a Internet “no corresponde a un diagnóstico clínico, sino a una apreciación empírica de un fenómeno creciente”.

Según un estudio del “Índice de Generación digital” (IGD), realizado por la empresa VTR junto con la fundación EducarChile y Adimark, el 96 por ciento de los estudiantes chilenos entre 10 y 18 años tiene acceso a Internet. Lo más desconcertante es que la mayoría de ellos asegura que no podría vivir sin ésta herramienta.

Así como el adicto al cigarro no puede dejar de fumar, o el alcohólico no puede vivir sin estar ebrio, el adicto a Internet cree que no puede vivir un día sin Internet. Comienza a sufrir una alta dependencia sicológica hacia el objeto de su adicción y, las otras actividades, que en algún momento encontró gratificante, ahora pierden total sentido. Los expertos la llaman como “Trastorno Adictivo a Internet (TAI)” y se detecta cuando interfiere en la vida normal de una persona convirtiéndose en una “Internet-dependencia”.

El perfil de las víctimas: causas y consecuencias.

Cabe plantearse la pregunta ¿cuándo deja de ser normal el uso del Internet? Luis Aleman, dijo que “se considera anormal (el uso de Internet) cuando se transforma en algo imprescindible”. Para Céspedes ese momento se manifiesta “cuando la persona experimenta creciente ansiedad en cada situación en que no puede conectarse, sintiéndose físicamente enferma, crecientemente ansiosa, sin capacidad de concentración y con ideas intrusivas respecto a cómo lograr conectarse”. Luego -continúa explicando- vienen los síntomas negativos. “La ansiedad cuando no se está conectado; escaso interés por relacionarse con otros; restricción creciente de intereses, aislamiento, irritabilidad y severa disminución de las horas de sueño, son algunas de las características más significativas”, sostiene.

“La víctima atrapada por la Red, muestra una serie de necesidades inconscientes insatisfechas”, explica Aleman. Para él, éstos sujetos esquivan los riesgos y necesitan una recompensa inmediata; es decir, no buscan compromisos, sólo relaciones amistosas o sexuales, pero pasajeras.

José Jaque, o “Death inside”, como se hace llamar en Internet, experto en armado de computadoras, se autodeclara un adicto y siente la necesidad constante de navegar por Internet. “Paso más de 12 horas diarias conectado, generalmente buscando información relacionada con informática y nuevas tecnologías”, dice José. Al preguntarle si tiene problemas con familiares o amigos por el tiempo que pasa en el computador, responde que “con mi familia sí (tengo problemas), porque me critican. Ellos no entienden, son cibernicolas, no saben nada de tecnologías”. Con respecto a los amigos, se limita a responder que “en Internet no existen los sentimientos”.

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Chat, juegos y porno: Los sitios más adictivos.

Hay ciertas páginas especialmente adictivas, con una mayor posibilidad de crear dependencia. Incluso, cualquiera podría caer ante la “tentación”. Son las páginas pornográficas, chats o juegos “online”, la principal atracción entre los más jóvenes y, también, entre los más viejos. De hecho, según Comscore, líder global en la medición del mundo digital, la población cibernauta chilena es más adulta que la del promedio de la región. El 11 por ciento se encuentra en el grupo etario de los 55 años y el 70 por ciento de los navegantes locales tiene más de 25 años. Además, según el mismo estudio, que apareció en Terra.cl, somos muchos más adictos a Facebook y Messenger que cualquier otro país del mundo.

El Chat, sin duda, se lleva gran parte de las preferencias. Quién podría decir que no chatea: prácticamente nadie. María Paz, de 15 años, dice que no podría estar sin el Messenger, pasa todo el día conectada y le encanta hablar con sus amigos, “si no entro a chatear en un día es como que algo me faltó hacer”, dice la joven.

“El chateo cuando destroza otras formas de comunicación se transforma en un problema”, dice Luis Aleman. Según el estudio del índice de Generación Digital, la mayoría de los niños dicen ser más sinceros y honestos en la vida digital que en la real. Amanda, la neuropsiquiatra, explica que “al eliminar o cancelar la comunicación no verbal, se abren las puertas a una comunicación irreal, parcial, que facilita la mentira, el engaño, la suplantación y no compromete emocionalmente”.

Peor aún es el caso de los juegos online, seguramente, el más extremo. Los expertos aseguran que la ludopatía (adicción sicológica a los juegos electrónicos o de azar) se genera principalmente en los jóvenes a partir de los catorce años, la mayoría de ellos sin la vigilancia de los padres. El participante se envuelve en un mundo completamente virtual, del que no quiere salirse, y cuando quiere, no puede. A través de estos juegos el usuario asume determinadas personalidades y llega a tomarse el juego “como una obligación”.mmorpg

Lineage, EverQuest, Ragnarok, Ultima Online, World of Warcraft, son algunos de los títulos más jugados. “Comienzas por entrar al juego y cuando ya le tomas el gusto, no puedes dejarlo más. Empiezan unas ganas incontenibles por descubrir cosas nuevas y avanzar cada vez más rápido, y para lograrlo es necesario jugar más, dedicarle más horas”, dice Claudio Ulloa, estudiante de Ingeniería en Informática en el Instituto Profesional DUOC y fanático de Ragnarok Online.

Estos juegos, también conocidos como MMORPG, “juegos de rol multijugador masivo en línea”, tratan principalmente, según Ulloa, de “crear un personaje, en la mayoría de las ocasiones, eliges una raza o profesión. Una vez en el juego, tienes que ir acumulando experiencia para subir niveles, matando a monstruos u otros PJ’s (personajes). También vas juntando dinero para cambiar tu equipamiento, arma y armadura. Sin esto, no puedes avanzar en la aventura”.

Los consecuencias de un uso desmedido de éste tipo de juegos pueden ser fatales. En los diarios de China y Corea del Sur ya no resulta extraño leer títulos como, “Joven muere después de pasar tres días jugando a un juego online”; “Muere joven coreano en un cibercafé tras jugar 50 horas un simulador de lucha ‘online’”; o, “Aumentan en China jóvenes adictos al ciberespacio”.

Alejandro Medina, funcionario del cibercafé “Bunker-ciberjuegos”, ubicado en el local “Eurocentro”, en Santiago, dice que “principalmente vienen jóvenes a jugar en línea, son muy pocos los que vienen chatear, eso lo hacen en sus casas”. Agrega que muchas veces ve caras conocidas, las de siempre. Jóvenes de aproximadamente 17 ó 18 años, sin embargo, “nunca he visto casos trágicos como los que han ocurrido allá en Corea (del Sur)”.

Esto no sólo sucede con los adictos a los juegos online o al chat. También se pueden encontrar compradores, apostadores y subasteros adictos que satisfacen sus deseos en la Red; los ludópatas y adictos a la pornografía, son los casos más comunes. Sin embargo, todos estos personajes, en el último tiempo, están utilizando el mismo medio para saciar sus adicciones: Internet.

Según los expertos: ¿Es Internet o el contenido?

¿Qué es lo que realmente genera adicción? En psicología-online.com, según el siquiatra estadounidense David Griffits, dice que Internet podría ser un medio donde alimentar otras adicciones o trastornos como la ludopatía, la adicción al sexo, parafilias, apuestas, subastas o compras.

Pero para Luis Aleman, “el fondo del fenómeno no es Internet, es el trastorno adictivo. La base biológica de la adicción al Internet, la televisión o el alcohol, es la misma, el ciclo de recompensa -generación de endorfinas, neurotransmisores que satisfacen al individuo, provocación de placer-. Es decir, “la esencia de la adicción no está en el objeto, sino en cada ser humano”.

Céspedes, por su parte, expone que “las personas no se hacen adictas a Internet propiamente tal, sino a determinados accesos vía Internet”. “Yo no hablo de adicción a Internet, sino de adicción a accesos facilitados por Internet”, remarca la neuropsiquiatra.

Por otro lado, una persona que por diferentes motivos permanece horas navegando en Internet no significa que sea adicta. Existe mucha gente que usa a diario Internet y no se transforma en una dependiente porque “existe una predeterminación sicológica antes de entrar al computador”, explica Luis Aleman. Además, esa persona no restringe sus intereses ni se aísla, “sólo se ve obligado a navegar por tiempos abusivos debido a compromisos o avidez por aprender”, aseguró Céspedes. Por lo tanto, las horas que se pase frente a un computador, navegando en Internet, no indican si una persona es o no adicta al ciberespacio.

Centros de rehabilitación de adicción a Internet: ¿Es la solución?

A Claudio Ulloa -el estudiante de Ingeniería en Informática- le cambió la vida cuando comenzó a jugar online. Dice –mientras muestra sus calificaciones de primero a cuarto medio: 62-62-52-58, respectivamente- que bajó el rendimiento de sus notas. “Basta revisar mis promedios para darse cuenta en cuál de los años fui más adicto a los juegos online”, dice.

A raíz de todos los problemas causados por los “vicios cibernéticos”, las autoridades comenzaron a crear centros de rehabilitación para adictos a Internet. En EE.UU., España, Corea del Sur y China, inclusive Argentina, ya tienen sus respectivos centros clínicos que se enfocan en priorizar la actividad deportiva y la comunicación, para que salgan del mundo virtual en el que están sumergidos e intenten retomar el contacto con el mundo real.

Para algunos especialistas, éstas “ciberclínicas” difícilmente lograrán curar el problema de sus pacientes, porque muchas veces, como se explicó anteriormente, detrás de la adicción a Internet se esconden otras patologías. ¿Podría ser tratada una enfermedad que ni siquiera es catalogada como tal? se preguntan algunos expertos.

En Chile, aún no existe este tipo de centros asistenciales y, hasta el momento, ni señas de que se instale alguno. “Considerando que ni siquiera se ha definido esta psicopatía como oficial, no deberían instalarse en Chile. Las personas adictas a Internet deben ser evaluadas por especialistas en psicopatología, fobia social, trastornos del ánimo, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)”, propone Amanda Céspedes.

Mientras se aclara el panorama; mientras se oficializa la adicción a Internet como  un desorden mental; mientras los científicos, expertos y sicólogos se ponen de acuerdo; mientras las autoridades toman cartas en el asunto antes de llegar a los extremos de China; y mientras los adictos al porno, compradores compulsivos, jugadores incontenibles, y chateadores empedernidos satisfacen sus adicciones, si quedaste atormentado y piensas que la Web pudo haberte atrapado, realiza la encuesta de http://www.adictosainternet.com para confirmar si eres un dependiente de la Red. Si interfiere con tu vida, tiene un impacto en tus relaciones de trabajo, familiar o amistoso… ¡Ten cuidado!, podrías estar ad portas de un problema, o mejor dicho, de un centro de rehabilitación.

compui


miércoles, 3 de junio de 2009

Reportaje político

gracias A ESCALONA:


Marco Enríquez-Ominami:

Presidenciable

2014

Hijo de la periodista y socióloga Manuela Gumucio y del fallecido Secretario General del MIR, Miguel Enríquez; hijastro del senador socialista Carlos Ominami; nieto del ex parlamentario Rafael Agustín Gumucio y primo del escritor Rafael Gumucio. Marco Enríquez-Ominami (M.E.O), el “díscolo” de la Concertación, se ha tomado en serio el rol de llegar a ser Presidente de Chile, se ha encargado de arrebatar a la Alianza y su coalición los derechos de autor sobre la idea del “verdadero” cambio, y ha dificultado el sueño de la Concertación de permanecer en el poder por cuatro años más. De Marco Enríquez-Ominami nadie se salva.

 Ominami Collects Signatures For Presidential Candidacy
El fenómeno Marco no pasa inadvertido. Nadie lo ningunea, todos quieren hablar con él, todos quieren conocerlo. Han bastado dos meses, desde que decidió competir como precandidato presidencial, para posicionarse rápidamente en un tercer lugar en las encuestas y, de agregado, en un verdadero dolor de cabeza para la Concertación. Mientras algunos ven lejana la posibilidad de que sea Presidente de Chile, otros apuestan por la consolidación de una figura prometedora para las presidenciales 2013.

Las posiciones son muchas. Están aquellos que ponen todas sus esperanzas en el precandidato díscolo, que confían en él y en sus capacidades y creen que encarna un cambio que ni Frei ni Piñera pueden concretar. Por otro lado, quienes cuestionan la capacidad de un joven con el límite de edad para gobernar, por su carácter farandulero y su levantamiento mediático. Y están los que piensan que M.E.O no logrará ser Presidente, pero que se forjará como una figura política prometedora para que en las elecciones presidenciales 2013 tenga una base mucho más sólida, con una mayor cantidad de adherentes y se presente, no como el único candidato, sino como un líder potente.

Ya con Ricardo Lagos ocurrió algo similar. “Un señor Lagos Escobar se le había ocurrido ser candidato presidencial, se rieron todos a gritos, dos años después fueron ministros de él”, dijo Marco Enríquez en su visita a Tolerancia Cero el domingo 17 de marzo.

Lo mismo ocurrió con Piñera. Primero compitió en las elecciones presidenciales del año 2000, y después de cuatro meses de campaña, depuso su candidatura a favor de Joaquín Lavín (UDI). Ya para las presidenciales 2005, logró consolidarse como candidato de la Alianza tras desplazar a Lavín en segunda vuelta. Y si nos remontamos al pasado, Eduardo Frei Montalva logró ser Presidente en el año 1964, habiendo postulado por primera vez en el año 1958. Sucedió lo mismo con Allende: Fue candidato presidencial en 1958, nuevamente en 1964 y, finalmente, logró concretar su sueño en el año 1970. Ejemplos ha habido y varios.

Patricio Gajardo, analista político, decano de Ciencias Políticas de la Universidad Central y ex asesor del Senador y Presidente del PRSD, José Antonio Gómez, comentó que Marco Enríquez puede quedar muy bien posicionado para el 2013. “Ante un posible cambio de roles, sería más conveniente para Marco, porque aparecería un escenario político absolutamente inédito. La Concertación como oposición generaría acusaciones mutuas, el escenario cambiaría, y ahí la figura de M.E.O aparecería como un personaje mucho más fuerte y con mucho más respaldo”, sostuvo.

Sin embargo, como todo en la vida, existen distintos puntos de vista. Para Patricio Mery, actual miembro del Comité Central Nacional del Partido Socialista, ex jefe de campaña y de comunicaciones, y actual coordinador de la red independiente de Marco Enríquez, cree que en el año 2013 el cuadro va a ser muy distinto. “Si Marco no es Presidente hoy día, es muy difícil mantenerse vigente durante 4 años sin ningún cargo político, salvo que, por ejemplo, entrara a ser ministro en un gobierno de Frei como una negociación política”. Pero aseguró que es muy difícil que ocurra algo parecido porque ese no es el estilo de Marco Enríquez.

Autonomía o subordinación, he ahí el dilema

“Distinto sería, sin duda, en 2013, cuando un Marco más definido y maduro, con un estilo más reposado y menos febril, podría competir, si es que los dinosaurios lo permitieran, en una primaria con otros candidatos jóvenes y modernos, para ser el candidato de una Concertación renovada”, dijo David Gallagher, consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP), en una de sus habituales columnas en el diario El Mercurio.

Uno de los puntos más cuestionados de Marco Enríquez es su capacidad para gobernar. Precisamente por ser un candidato tan joven –y estar acostumbrados a ver rostros viejos- representa la ‘renovación’ de la política chilena, pero lo que parece ser una ventaja hoy le puede jugar en contra, más aún en una situación de crisis económica donde la experiencia parece ser esencial.

Su estilo transversal, es decir, que se extiende desde un lado a otro –o de un partido a otro-, ha sido objeto de muchas críticas. Algunos admiran su manera de abordar la política, otros la critican, pero ninguno la desprecia.

Patricio Mery niega que sea un poco de todo, sino “una nueva mirada de la realidad”. Según él “el socialismo real no fue capaz de arreglar los problemas esenciales de las personas, el neoliberalismo tampoco. Por lo tanto, -continúa- nosotros decimos sí a un nuevo Estado en cuatro años”.

En contraparte, Sergio Cárdenas, encargado de prensa de la Juventud Socialista de Chile, sentenció: “Si tú tomas a Max Marambio de ultra izquierda para financiar parte de tu campaña y al mismo tiempo te la financia Rodrigo Danus, de ultraderecha, los criterios no los considero. Las ideas deben tener una coherencia, y lo único que tiene coherencia es su figura, nada más. Si en estos momento M.E.O es presidente, para mi queda la ca…, un vacio. Ahora, sobre la posibilidad de que sea Presidente de aquí al 2014, para mí la estructura que tiene él no está establecida como para generar una campaña que le permita llegar al gobierno, porque no tiene una base.”

Desde un punto de vista más analítico, Patricio Gajardo dice que existen dos posibilidades: Que se eleve en las encuestas o que se desplome, y asegura que el secreto para que Marco Enríquez obtenga buenos resultados en estas elecciones está netamente ligado a su opción política transversal. “Sólo puede agarrar vuelo en la medida que mantenga su transversalidad y no se alinee a ninguno de los dos bloques. Que no sea un candidato ni de izquierda, ni ex Concertación, ni tampoco que logre un acuerdo con Frei para segunda vuelta, es decir, se tiene que mantener como está ahora. Desde el momento que él opta por uno alguno de estos alineamientos, se hunde.” Insistió, además, que de no ganar en estas elecciones 2009, M.E.O deberá conservar su autonomía para mantenerse en una situación exitosa en los próximos cuatro años.

Gracias Escalona, gracias

escalon Cada acción tiene una reacción y cada causa un efecto, y Camilo Escalona debió haberlo sabido. Marco Enríquez irrumpió fuertemente después de las primarias, ocupó el espacio que dejó José Antonio Gómez y desde ese momento en adelante, no ha habido día en que no se haya hablado de él. Según nos contaron algunas fuentes (a continuación), si Marco hubiese participado en primarias al igual que el líder radical, seguramente, la historia habría sido distinta.

“Yo creo que lo favoreció el hecho de que (Camilo Escalona) no lo dejara (a M.E.O participar en primarias). Porque efectivamente si hubiese participado en primarias le hubiesen puesto las mismas restricciones que le pusieron a Gómez, una serie de presiones a nivel del partido y quizá hubiese pasado lo mismo que pasó con él”, manifestó Gajardo. Por otra parte, Mery aseguró que no hay duda alguna de que Camilo Escalona fue quien ayudó a que Marco tomara tanta fuerza.

El desenlace todos los conocen. Sólo José Antonio Gómez tuvo la oportunidad de competir contra el ex presidente en las regiones de O’Higgins y el Maule; Frei obtuvo el 64,06% y el radical se quedó con el 35,94%. La diferencia debía ser por menos de 20 puntos para que los comicios definieran la candidatura, pero no fue así y Frei fue elegido para competir contra el candidato de la Alianza, Sebastian Piñera.

El analista político, Jorge Gajardo, quien fue asesor de Gómez y estaba al tanto de la discusión, fue muy claro en señalar que al principio se habló de una participación de todos los candidatos que quisieran, obviamente, vinculados a la Concertación; posteriormente- asegura- “se cambiaron las reglas del juego, la verdad fue que se permitió un candidato por partido por lo cual se excluyó a Marco de cualquier posibilidad de presentarse”. Sin embargo, los personeros del PS desmienten cualquier tipo de mala intención.

De primera a segunda vuelta, el escenario cambia

En la segunda vuelta entramos en otro escenario. Si Marco se une a Frei a través de un acuerdo de traspaso de votos y de respaldo antes de la segunda vuelta, que según Gajardo nuca llegará, probablemente, el ganador sea Marco Enríquez Ominami. “Hay un porcentaje importantísimo del PS, PPD, que no les gusta Frei. Estoy convencido de que si pasa Marco, él gana, en cambio si pasa Frei (a segunda vuelta) no creo que pase lo mismo”.

Aún queda un largo camino por recorrer. Para que Marco inscriba su candidatura necesita recolectar 36 mil firmas o aunarse a algún partido político para levantar una lista parlamentaria. Hasta el momento, las opciones más probables son el Movimiento Amplio Social (MAS) -liderado por el ex PS Alejandro Navarro- que, a pesar de las ofertas de la Concertación le da prioridad a una lista alternativa; el Partido Regionalista Independiente (PRI), que mantiene un ambiente hostil por las desavenencias entre el díscolo y el presidente del partido, Jaime Mulet, quien dio un ultimátum: que Marco Enríquez renuncie al PS; o, como última alternativa, el Partido Humanista (PH), liderado por Efrén Osorio, luego de que éste se marginara definitivamente del pacto instrumental entre el Partido Comunista y la Concertación.

El lunes 25 de mayo, el diario El Mercurio señaló que “el principal temor de los partidos oficialistas es que la creación de una lista paralela conformada por humanistas, el PRI, adherentes del diputado Marco Enríquez-Ominami y del Movimiento Amplio Social les genere una merma de votos que impida doblar a los postulantes de la Alianza”

Pero, según el panorama político, nada dice que esté cerca la posibilidad de levantar una lista en conjunto. Las partes, si bien no descartan esa alternativa, prefieren “ir zanjando muchas etapas”, como aseguró el diputado independiente, Álvaro Escobar, según fuentes de www.partidohumanista.cl. Sin dejar de lado lo anterior, las fuerzas siguen enfocadas en obtener las firmas. Hasta el momento van en 8 mil y al parece ser el objetivo está cada vez más cerca.

Según información extraoficial del Secretario de Prensa de Marco Enríquez, Claudio Sallorenzo, un grupo de partido del adulto mayor, como 20 mil abuelitos, se van a sumar a su campaña. Según aventuró el secretario, “esto se refiere a la transversalidad de su mensaje. Cuando un mensaje cala tan profundo es difícil erradicarlo de la noche a la mañana, por eso creo que Marco es el político del futuro.”

jueves, 21 de mayo de 2009

Aprendiendo lecciones:

¡De bruces al suelo!

No puede haber nada peor en el ejercicio del periodismo que en medio de la entrevista falle la grabadora, el lápiz no funcione, o se nublen las ideas. Los desenlaces pueden ser muchos, pero, tengan por seguro, que ninguno alentador.

El lápiz y la grabadora son para el periodista como el bisturí para el doctor, la guitarra para el trovador, el micrófono para el cantante. Existen dos cosas que un periodista nunca podrá excusar en una entrevista. Primero, no tener grabadora; y segundo, no tener lápiz ni papel.

Hoy por la mañana, después de clases, y una vez que asimilé todas las tareas que tenía por delante, puse manos a la obra. Necesitaba fuentes, fuentes para mi reportaje, verídicas, convincentes, y, por sobre todo, creíbles.

A diferencia de ayer, que nadie estuvo disponible ni dispuesto a concederme una entrevista, hoy obtuve cuatro, y de las buenas. De la primera a la tercera todo fluyó bien, no hubo mayores problemas, obtuve la información que buscaba, pero no alcancé a llegar hasta la cuarta cuando lo que parecía ser un “perfect” unánime, con guinda de torta incluida, terminó en una caída de bruces al suelo. Eso me pasó hoy día.

Tenía que reunirme con el último entrevistado y el más importante de todos, y justo en ese momento La Suerte, El Destino, El ‘Coluo’, El Altísimo, todos coludidos, se burlaron de mí en mi propia cara: No le quedaba batería a mi celular que la usaba como grabadora. No aguantaba más, estaba en coma. Hasta que murió. Se apagó.

No sabía qué hacer, caminaba por Londres con París, cerca de la oficina donde trabaja mi mamá, así que no me quedaba otra opción que pedirle prestado su celular. Un celular ni comparado con el mío, más chiquitito, más antiguo, pero con batería y grabadora, suficiente para darle un buen uso.

Quedamos de juntarnos en estación Bellas Artes. Y ahí estaba él. Era un joven de 29 años, calvo, 1 metro 75 metros de altura más o menos, recién afeitado y con cara de chiste, de bueno pal hueveo. Pasamos a un café cerca de Alameda, nos sentamos en una pequeña mesa redonda, justo para dos personas. Él pidió agua y yo, aprovechando el momento, pedí un café a su cuenta. Nada de mal.

Lanzamos una que otra frase antes de dar inicio a la entrevista, le conté cómo llegué hasta él y parecía estar interesado en saberlo. Prendí mi celular, me dispuse a ajustar la grabadora y me fije en un detalle que dejó de ser menor: la grabadora tenía una extensión máxima de cinco minutos. Y así, cada grabación iba de cinco en cinco. No me quedó otra alternativa que interrumpir cada cinco minutos la conversación, lo que fue un muy mal comienzo.

Después ocurrió algo peor, mi celular colapsó, ya no le quedaba memoria, y no grababa más. Fue vergonzoso, porque él tenía su propia grabadora y yo, el entrevistador, ni eso. Miraba a través de sus ojos y me veía a mi mismo, un miserable joven de segundo año de periodismo que no conocía lo más básico de una entrevista: Estar siempre listo, con grabadora en mano; lápiz y papel para tomar apuntes; ideas y pensamientos unidos para contrapreguntar y establecer una coherencia entre una pregunta y otra. Como dice el buen chileno, me fui de hocico al suelo.

Por no perder la oportunidad y dejar pasar una muy buena fuente, me arriesgué sin prever las consecuencias. Me lancé a aventurar, tal como me gusta a mi, pero a veces olvido ser precavido, analizar cuánto se gana y cuánto se pierde. Si el dilema está en ganar más y perder menos, pues hay que salir a ganar. En este caso, claramente, había mucho más que perder que ganar.

Me convertí en un parásito y dependí de él. Lo peor que puede suceder en una entrevista es perder el control y que el entrevistado tome la batuta. Una entrevista es como jugar al pillarse. El periodista juega a pillar al entrevistado y a dejarlo en “Jaque mate”. Y  el entrevistado, a buscar nuestros errores y, como una garra pata, alimentarse de ellos.

Por lo tanto, si no cometemos errores, no titubeamos, no damos falsos testimonios, no falseamos hechos, por más que  el entrevistado busque algún error en nosotros, no encontrará ninguno del cual aferrarse para cambiar a su favor la dirección de la entrevista; si salimos invictos, lograremos dar el sentido o la dirección que nosotros queramos.

En mi caso, lo admito- siempre hay una primera vez-, no fue así, y en el menor gesto de debilidad y de error, él atacó y mis armas saltaron lejos, me dejó indefenso. Me ninguneó. Me subestimó, pero fue mi culpa, y la acepto, la rectifico, y desde ahora… Nunca más. 

 

viernes, 15 de mayo de 2009

Los ingleses de Sudamérica

Ayer las subsecretarías de Obras Públicas y Telecomunicaciones iniciaron una campaña para que los CHILENOS agreguen en su celular, con la sigla ICE (In Case of Emergency), a las personas que se debe avisar en caso de que sufran algún accidente. Así, carabineros logrará ubicarlos rápidamente.

Para mi gusto es una buena medida. Se ubica rápidamente a los padres, familiares o amigos y no se pierden minutos que podrían ser vitales. Pero toda esta idea se ve opacada -y aunque para algunos sea una tontera- desde el momento que decidieron, quienes sean los desgraciados, usar la sigla “ICE: IN CASE OF EMERGENCY”.

¿Por qué tiene que ser en inglés? ¿SUENA MUY FEO “ECE: EN CASO DE EMERGENCIA”? Si, puede ser… suena igual de feo que ICE. Pero, por lo menos, está en nuestro idioma y todos lo entendemos.

Acepto, con sus beneficios y perjuicios, que vivamos en un mundo globalizado, completamente conectado y con grandes tecnologías que permiten la interconexión casi inmediata con cualquier parte del mundo. Es una realidad. Pero no puedo tolerar que nuestro país, de habla castellana, se llene de anglicismos (y extranjerismos) mal usados como se le antoje.

Estoy harto de términos como el famoso ‘break’, en vez de descanso; el ‘couching’, en vez de entrenamiento; el ‘e-mail’ en vez del correo (electrónico); que el ‘casting’ pal’ ‘REALITY SHOW’, que el ‘stress’, etc.., etc., etc.

anglicismos

Pongamos bien los pies en la tierra. Vivimos en Chile, el último país del mundo. Estamos más lejos de EE.UU que México, Argentina, Bolivia, o Perú. Y aún así nuestros países vecinos tienen un castellano perfecto que llega a ser vergonzoso compararlo con el nuestro, tan mediocre y falto de lenguaje.

Resulta peor cuando tratamos de adaptar las palabras al español y todo termina en un significado totalmente distinto al que tenían.

El otro día, escuché a mi profesor contar cómo la palabra ‘tributo’ cambió, de un momento a otro, de significado en nuestro país.

La palabra tributo que muchos conocen como un “homenaje a” es la paga de impuestos. No tiene otro significado. Se le conoce así desde el periodo de la colonización, cuando todos debían pagar un tributo al rey, y los mapuches, que no tenían dinero, lo hacían con su trabajo.

En inglés, en cambio, existe el concepto ‘tribute’ que quiere decir ‘tributo a’ (y que sí se refiere a un homenaje). En cambio, al impuesto se le llama “tax”. Tal como me contó el profesor, un periodista despistado debió haber escuchado o visto la frase en inglés “Tribute to Iron Maiden” creyó que el cuento acá en Chile era igual. Llegó y acuñó a una palabra con un significado que nunca existió.

Por eso digo que hay que tener cuidado con el uso de las palabras para que no sucedan las cosas que pasan en Chile. Piensen en cuántas personas hablan bien el español… y ahora, cuántas hablan bien el inglés. Llega a dar miedo pensar en la respuesta… porque son poquísimos (las estadísticas no me las sé). Y si todos transformaran palabras del inglés al español pocos podrían prevenir el error.

Pero parece que al chileno le gusta decir palabras en inglés. El problema es que sólo dice unas cuantas y más encima mal dichas. Ni siquiera aprende hablar en castellano y ya quiere ser bilingüe. Y cuando no le queda otra alternativa que aprender o aprender, se detiene y empieza con las excusas de que nunca fue bueno para el inglés, que no sabe, o que no se tiene fe.

parkin

Mejor ser precavidos y entregar una sigla en castellano que todos entiendan e integren con mayor facilidad a su "”disco duro” para que aquellos que no saben inglés les sea mucho más fácil aprender y reconocer las siglas en español. Y de un mismo tiro, destrozamos el mito que dice que somos los “Ingleses de Sudamérica”, una mentira del porte de un buque.

sábado, 2 de mayo de 2009

“Lo que cambia no son los intereses, lo que cambia es la actitud”

Después de una discusión sobre política me quedé pensando.

No hay nada peor que ser indiferente ante la política, es tan patético como poner las manos al fuego por una coalición. Cada ser humano o institución, por naturaleza, va en busca de intereses propios y los políticos no son la excepción. Debieran saberlo.

La clase política está cada vez más estigmatizada. Son todos corruptos, todos truchos o mentirosos. Y, en cierta medida, es verdad. No pretendo generalizar, porque siempre hay excepciones, pero puedo asegurar que detrás de cada discurso hay espacio para otros pensamientos, otros propósitos, otras intenciones, si quiere llamarle así. Y en esos, muchas veces, no contamos los ciudadanos.

Nosotros sólo votamos. Cumplimos el sueño de un magnate. Somos la inspiración para crear un discurso lindo y bien intencionado. Nos crean expectativas de un mundo mejor y nos prometen todo eso para nosotros solos… ¿qué bonito no?

Si tuviese la oportunidad de escoger entre vista rayos ‘X’, volar, o leer la mente, me quedaría con la última luego de desechar la segunda. Cualquier orador experimentado que intentara convencerme no tendría posibilidad alguna. Me adelantaría a sus respuestas, lo dejaría en ‘Jaque mate’. Estaría perdido. Y, por supuesto, comprendería la intención de su discurso. Seguro me llevaría grandes sorpresas.

El que tenga ojos que vea

Lo admito, tengo un malintencionado propósito de probar cuán capaces es la oposición de gobernar este país, aunque pierda en el intento. Total, qué tanto podemos perder si las cosas ahora no están de lo mejor que digamos.

Siempre he sido de la misma idea. Cuando una persona critica a otra por su desempeño en el trabajo hay que desafiar al acusador y ponerlo a prueba, a ver cómo le va. Ese es el riesgo. Pero si le va bien, lo felicito. Como cuando le llevaba buenas notas a mi mamá y, secamente, me decía “es tu obligación”.

La oposición se derrite en críticas y discursos demagógicos. Dicen que ellos serán el cambio. Pero no les creo y tampoco les tengo fe. Para qué hablar de la Concertación.

Frei ya estuvo en el poder, por qué tendría que creerle. Si se desordena el pelo, se baja los pantalones, escucha reggaetón o se fuma unos pitos, me da lo mismo, ya fue. Piñera es el cambio. No lo digo yo, lo dicen los medios, lo dice la gente, lo dice él. Claro, cambios pueden haber, el dilema es si van ser para bien o para mal.

Es lo que le falta al país, dicen en la Alianza. Ponen las manos al fuego por su candidato. Pero lo quieran o no, se les cae la baba, y en sus caras denota el deseo impaciente de llegar a La Moneda. Se les nota y me da asco.

En la Concerta temen perder el poder, están montados en pánico y los devora el cansancio. Me producen repugnancia. Temen que Piñera los destrone y termine con el sueño de casi dos décadas de gobierno.

Si de algo están convencidos es que cualquier cambio será negativo. Que el país colapsará de injusticias (¡¿más?!), que la brecha entre pobres y ricos crecerá aún más (¡¿más?!), que las industrias y el capitalismo abrazaran nuestro país con mucha fuerza… hasta reventarlo.

¿Como evolucionan las cosas, si no son con cambios?

Me pregunto: ¿Si los cambios, con la derecha al poder, son positivos? Ya sé que dirían. Que soy ingenuo, porque todos saben de lo que es capaz de hacer la derecha en nuestro país, y me recuerdan el 73. “De eso es capaz”, me dicen. Pero encuentro patético vivir amarrado al pasado, y no se trata de mirar amnésico el futuro. La historia siempre estará presente para rendirle culto, pero no como recurso ni menos como discurso político. Eso ya es demasiado añejo.

“No puedes esperar a que las cosas pasen para recién tomar cartas en el asunto”, me dijeron en tal oportunidad.

Si voto por Frei, que ya fue presidente, y la Concertación continúa en el poder, pintarrajeada como la micros del Transantiago falseando un cambio que no existe, las cosas van a seguir igual. Y para ser más sincero, ya me tienen aburrido. Dos décadas en el poder son suficientes para mejorar algunos problemas esenciales. Pero sabemos bien lo miserable que es la educación y la salud pública en nuestro país. No necesitamos más pruebas para entender que las cosas no andan bien.

Y hay algo peor, las políticas no son muy distintas. Es cuestión de revisar las propuestas de Frei y Piñera y ver que las diferencias no son flagrantes. Frei es ‘menos inversión más Estado’, como siempre dice -y hasta por ahí no más-. Piñera es lo contrario. Pero el problema es que no lo dice.

Pongamos a prueba a Don Piñi, como le llamó Lemebel en una carta que le escribió. Si les va mal, qué bonito sería romperle el tímpano a gritos y humillarlo. Si les va bien, que bueno, me alegro… y el palo en la cabeza para la oposición será inevitable.

Para bien o para mal, el país necesita cambios. ¿Como evolucionan las cosas si no son con cambios? De ningún otro modo puede crecer un país.

Todos actúan motivados por intereses propios

Cualquier persona suficientemente inteligente, y que me haya leído, comprenderá que no soy de derecha ni tampoco de izquierda. Quizá soy patético, como dije al principio, totalmente indiferente ante partidos políticos, pues ninguno me representa.

No entiendo a quienes ponen las manos al fuego por un partido político. Debieran saber que todos actúan motivados por intereses propios, por un incentivo que los moviliza. Y por qué no decirlo, hasta nosotros lo hacemos. Distinto sería si a través de la satisfacción de intereses propios se beneficiara a la población; pero en desmedro de otros, no se justifica. Lamentablemente, la última alternativa está más cerca de la realidad. ¿Porqué la felicidad de muchos depende de la desgracia de otros?

Prefiero mirar la teleserie, la política faranduleada, el cahuineo político. Criticar como se me antoje, sin presiones ni ataduras políticas, sin realizar comentarios tendenciosos.

Un día alguien con experiencia me dijo que los más poderosos siempre van a tener la última palabra, y su sentencia irá en dirección a sus objetivos. En otras palabras, quien tenga sus metas claras nunca cambiará sus intenciones. Sólo cambiará su actitud, si es necesario, para ser el primero en llegar.