¿De qué “cambio” me hablan?

Cambiarán los administradores del Estado y la gestión  de las políticas públicas. Cambiará –como mucho– la forma de enfrentar la delincuencia, el desempleo o el crecimiento económico. Cambiará la forma pero no el fondo, pues el sistema chileno actual no resiste otro cambio que no sea la alternancia en el poder.

Es imposible modificar un sistema económico que hoy funciona a la perfección. En sus treinta y siete años de práctica, el sistema neoliberal conservador ha logrado instalarse  en Chile al pie de sus propios dogmas y leyes.

Quienes piensan que el nuevo Presidente de la República, Sebastián Piñera, instalará un nuevo sistema de gobierno o aplicará cambios sustanciales, están completamente equivocados: No los habrá.

La educación pública, el sistema de salud y la mala distribución de los recursos, son cambios –que se transformaron en problemas– que los gobiernos de la derecha ampararon en tiempos de dictadura y que los gobiernos “democráticos” se encargaron de administrar. Ahora la derecha conservadora regresa a continuar con el legado de Jaime Guzmán.

La misma derecha que en sus veinte años como oposición nunca criticó a los gobiernos de la Concertación por sus posturas ideológicas, pues éstas iban acorde a sus principios administrativos, sino que sólo criticó su forma de actuar como gobierno.

¿De qué cambio me hablan? Las cosas hace varios años que han funcionado así y van a seguir igual –quizá con pequeños matices en la forma y alguna que otras profundizaciones–, pero no me vengan a hablar de cambios. Si queremos hablar de cambios, hablemos de los de verdad. Lamentablemente, esos ya quedaron atrás.