El sueño frustrado de un periodista: Ser escritor

Quién no ha soñado alguna vez con ser un personaje reconocido por lo que hace. El típico periodista, por poner un ejemplo, que sueña con algún día escribir un libro. Que lo publica. Y que de forma inesperada se convierte en un éxito, alcanza el reconocimiento y recibe las mejores críticas de sus homólogos.

No es tan desequilibrado pensar en algo así, tomando en cuenta la cantidad de aspirantes a convertirse en premios Nobel y otros cuántos que desde su rincón más íntimo escriben sin ninguna otra pretensión que ser leídos.

Como en la música, hay tantos escritores, pseudo-escritores, o simplemente escribidores, que la competencia es cada día más fuerte. Leía por ahí que Editorial Alfaguara recibe en promedio 200 originales por año y mil propuestas mensuales por correo postal y electrónico. Mientras que sólo publica el 2,5 por ciento de los proyectos.

Este problema se le atribuye, en parte, a los millones de estudiante  universitarios  que prefieren escribir a leer, pues se produce mucho más de los que se puede consumir. De acuerdo a las cifras que entrega Gabriel Zaid, autor de “Los demasiados libros”, se escriben entre dos y tres millones de libro por año y por cada uno que se publica uno o dos quedan como inéditos.

Las cifras muestran una realidad alarmante y a veces frustrante para las millones de personas que recorren una y otra editorial con el original bajo en brazo en el intento por convertirse en el autor de una novela.

Para todos ellos –y también para mí–, brindar tranquilidad y una luz de esperanza, que hasta los más grandes escritores de novelas, como Gabriel García Márquez, han sufrido decepciones. Su famoso libro "Cien años soledad”, según dicen, fue más de una vez rechazado.