domingo, 7 de agosto de 2011

La dictadura de los días

He conocido la vida traumática de algunos de los grandes escritores y entonces digo, mierda, llevo una vida asquerosamente cómoda, no estoy dispuesto a pasar mi vida viviendo tan comodo, quiero pasarlo mal, quiero vivir marginado, sentirme ajeno, estúpidamente superior al resto. Quiero escribir desde la angustia, desde la pena, desde el dolor, desde la rabia. Quiero hacer de las palabras una sinfonía de lamentos, un dispensador de disconformidades. Pero soy taaan feliz. Y todo anda bien por estos lados.

No quiero parecer un mal agradecido, aunque lo sea.
No quiero parecer enfermo, aunque en el fondo lo esté.
No quiero vivir profundamente angustiado, aunque a veces lo viva.
Aunque pase todo, yo quiero nada,
y no sé si estar tan seguro de eso.

Me siento estúpido.
Me siento engañado.
Me siento parte de esto.
Y me odio por eso.

Quiero escapar, arriesgarlo todo sin perder nada.
Quiero vivir sin miedos, rodeado de fantasmas.
Quiero un lápiz grafito y palabras infinitas.
Quiero dimensiones paralelas
en el paso atropellado del camino a casa.
Quiero decisiones presentes para el futuro incierto.
Quiero recuerdos permanentes en el mundo del olvido.

¿Hasta cuándo somos capaces de resistir
sin ser arrastrados por esa ola gigantesca
que llaman vida?

Ideas de domingo por la tarde
Lluvia de gotas que golpean con furia las ventanas,
camas deshechas,
miradas cabizbajas
rostros demacrados
lagañas maduras,
resaca rompesueños
pensamientos profundos
digresiones ligeras
angustia vital...

La evidencia más evidente
de que el ser humano es ciudadano,
es que acepta conforme la dictaduras de los días:
lunes...
martes...
miércoles...
jueves...
viernes...
sábado...domingo...
lunes...
martes...
miércoles...
¿existe peor dictadura
que la del paso uniforme de los días?

No hay comentarios: