martes, 19 de julio de 2011

Palabras que alumbran

Puedo maltratar el tiempo y aguardar entre pasatiempos inventados. Puedo, por ejemplo, revisar mi correo más de cinco veces en tres minutos; entrar a Facebook y perder el tiempo; intercambiar palabras desinteresadas con algún amigo; leer a medias algunos artículos de prensa, poemas y otros cuentos que no termino; bajar a la cocina y comer algo; puedo hacer todo eso y mientras por mi cabeza ocurren otras cosas. Puede que en el fondo exista una idea que no me suelta y que yo tampoco estoy dispuesto a dejar que escape.

Puede pasar un día entero sin que escriba una palabra. Pueden pasar semanas incluso. Puede que diga no, no hace falta tanto apuro y prefiero esperar atento a que vuele una mosca por mi ventana. Puede que sienta que el tiempo avanza y que estoy aquí para detenerlo con rebeldía. Puede que me digan que camino sobre la luna, que estoy medio loco, que soy inmaduro...; puede que sea rían de mí, porque me exijo, a veces demasiado, ser un poco distinto al resto y no lo consigo.

Puede que parezca arrogante de mi parte, apuntar satisfecho que cito mis palabras y que las leo una y mil veces, y que me enorgullezco de ellas hasta llegar a odiarlas. Puede sonar estúpido si digo que pienso en lo que escribo y que ahora no hago más que escribir en lo que pienso.

Puedo parecer un tonto sincero si admito que me han dicho que escribo como el pico, que parezco weón quedándome hasta tarde escribiendo huevadas que no le sirven a nadie y que no vale la pena dejar todo lo demás de lado: tareas, obligaciones, compromisos. Pero no me importa nada: me siento tan satisfecho, tan comprometido con la vida, tan consciente de mi mismo cuando acierto con la última tecla el fin de un párrafo, que entonces fueron palabras en llamas y ahora son fuego; fuego que no se apaga y que alumbra como alumbran las ideas cuando aparecen de repente, sin horarios ni restricciones... Así fue como nacieron estas palabras, y doy gracias por eso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mi me gusta lo que escribes, algunas veces me identifico un poco, un poco con lo que escribes, siempre he sido una loca, antes me sentia mal de saber que eso pensaban, ahora no al contrario, me alegra de ser una loca y no ser igual a los demás. LO importante es como te sientas tu, la gente siempre hablara al menos que te conviertas en uno mas de ellos, beeee beeeee.

Jorge Luis Mejía dijo...

Un saludo desde México. La creación de conciencia es un trabajo duro, pero algunos debemos hacerlo.