domingo, 17 de julio de 2011

Encontrarnos a nosotros mismos

Las ideas son de quien las escribe, por eso cuando mis pensamientos se encuentra dispersos y piden auxilio, yo escribo. A veces, cuando no me siento preparado para atenderlos, dejo que griten, que pataleen más de la cuenta, que se manifiesten en páginas en blanco. Así me sentía antes de escribir estas palabras... Hay que saber enfrentar nuestras certezas; esas verdades que creemos irrebatibles, son las que debemos poner siempre en cuestionamiento. Así nos aventuramos en una de las tareas más difíciles y fascinantes que puede acometer el ser humano: encontrarse a sí mismo. 

No deja de asombrarme el convencimiento con que algunas personas sostienen sus verdades y dan cátedra sobre lo que ellos consideran como correcto y que debe serlo también para quienes lo escuchan. Proyectan sus temores y frustraciones muchas veces disfrazadas de una sabiduría que deja gusto a poco, si es que nada. A mí me da risa escucharlos y prestarles un momento de atención, porque veo que se inflan como globos y acaban tarde o temprano por reventar. Así los quedo mirando, cuando ya no son más que un plástico inservible, desinflado, que queda tirado en el suelo.

Vivimos constantemente cayendo en contradicciones, no podemos evitarlo. Pensamos siempre que encontramos una salida cuando nos topamos con otra encrucijada. Y si finalmente pensamos -aquel acto que merece un momento de nuestra atención para fijarnos en lo que pasa por nuestra cabeza-; si finalmente detenemos el tiempo por un segundo que sea, nos damos cuenta que estamos atrapados, condenados a vivir con los mismos cuestionamientos (quién soy, de dónde vengo, hacia dónde voy) que toda persona que piensa tiene el derecho a preguntarse y a no resolver si le exigen equivocadamente una respuesta correcta.

Si me preguntan por certezas, la muerte es lo único que tenemos asegurado y digo más: nuestro destino es estar solos, apuntamos a ello, vivimos acompañados, en comunidad, pero la muerte se vive en la más profunda soledad; la muerte es unipersonal. ¿Alguien puede decir lo contrario? De acuerdo, yo también sostengo mis verdades 'a medias', mis verdades 'equivocadas', mis 'ilusiones pasajeras', pero parto de esa premisa que me sostiene siempre a la deriva, que me descubre algunas veces muy bien encaminado y en otras MUY desorientado. Esa es la idea: Voy hacia el ser y la nada, voy hacia la vida, voy a encontrarme conmigo mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta tu blog, aunque me he perdido, por razones laborales y personales jaja.. Esteban espero poder volver a tener el gusto de leerte mas seguido.
Un beso y abrazo grande muaaaaaaaaa!!