martes, 16 de agosto de 2011

Prefiero ser un escribidor

¿Sobre qué te gusta escribir? Me quedé pensando en la respuesta. Me gusta escribir sobre lo que pienso, sobre lo que veo, sobre lo que siento. Sobre eso me gusta escribir, le respondí. También me gusta escribir historias pequeñas, aunque me cuesta un poco inventarlas, así que no sé, prefiero armarlas a partir de una experiencia personal.

Cuando chico mi vieja me regalaba todos los años una agenda. Me acuerdo que en ese tiempo una agenda era un regalo para niñas, y quizá todavía lo sea. A las niñas les gustaba escribir sus confesiones y mantenerlas ocultas y aseguradas con un candado. Yo me acuerdo que tuve una de la selección chilena y otra de Coca-Cola, pero eso daba lo mismo, era un detalle. Al final, escribir lo que uno hacía durante el día era medio mamón, de mariconcito, pero yo lo hacía igual.

Todas las noches, antes de dormir, escribía unas cuántas líneas que resumían un día entero. Cuánto daría ahora por tener esos escritos en mis manos y volver a encontrarme con esas palabras. Palabras de niño, palabras inocentes, palabras sin pretenciones, sin cargas, sin ánimo de nada... Soy incapaz de recordar lo que me motivaba a escribir entonces. Y si lo pienso más todavía, tampoco tengo una respuesta elaborada o una razón demasiado clara de por qué escribo ahora.

Ya no puedo dejar de escribir, eso lo tengo claro. Cuando paso mucho tiempo sin escribir y escribo, me siento como aliviado, como si me sacara una mochila gigantesca de mi espalda, me siento liviano y me siento también como quien cumple con un deber importante; me siento satisfecho conmigo mismo. Me encanta esa sensación. El otro día pensaba que por "naturaleza" -si es que cabe el término- soy una persona que no sabe gritar ("¡no sé gritar!"), "y en lugar de gritar, escribo".

Eres escritor, me dijo. Me quedé pensando qué contestar. Siento honestamente que me queda muy grande esa palabra. Pero escribes, ¿cierto? Claro que escribo, le respondí, hay personas que bailan, y son bailarines; otras que cantan, y son cantantes; pero hay muchos que escriben, y no son escritores. Puede ser, me respondió, pero uno sabe cuando nació para algo. 

Yo no sé ni nací para escribir. Yo no sé si las personas nacen para algo. En el fondo, me gustaría ser escritor, pero creo que siempre voy a decir que soy periodista antes que escritor, como una estrategia barata para evadir el fracaso. Prefiero ser un periodista que escribe, suena mejor. Pero por ahora digo que soy un escribidor, que no es lo mismo.

A ella le dio risa mi respuesta... y a mi también.

No hay comentarios: