viernes, 30 de julio de 2010

El Mal va a la delantera

diablojesus

Había una vez un Diablo, que muy enojado y agotado, llamó por teléfono a Jesucristo, quien reposaba en el Paraíso, mientras sus ángeles le servían solemnemente. El Diablo, cansado de tanto trabajar, le exigió a Dios que hiciera su trabajo, que no fuera flojo, pues en la Tierra existen guerras, hambre y muerte, y Él no ha hecho nada por evitarlo.

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A propósito de la anécdota anterior, el otro día sostuve una discusión con  un grupo de amigos acerca del bien y el  mal. Mientras compartíamos unas cervezas, uno de ellos aseguró tajantemente que el bien imperante en la Tierra –todo aquello que, básicamente, a mi parecer, hace de la sociedad algo mejor– es superior a la maldad, entendido como aquello que se opone a la ejecución de un objetivo noble.

Ante tan osada afirmación, fue imposible quedarme callado, dejé mi vaso a un lado, y me opuse terminantemente a sus palabras…  

 Si fuera cierto lo que dijo, no existirían guerras, pobreza, ni desigualdad desperdigada por toda la Tierra. A nivel mundial existen numerosos conflictos armados y varios de ellos no se transmiten por televisión. Están completamente olvidados, pero continúan desarrollándose entre las sombras, cobrando la vida de cientos de familias que no tieneimagen las mínimas condiciones para sobrevivir.

 Si fueran ciertas sus palabras, en nuestro país no existiría la pobreza ni la desigualdad, unos de los ejemplos más claros del mal en la humanidad. Detrás de un niño pobre, existen intereses económicos de un grupo reducido de poderosos que sostienen sus riquezas a costa de un trabajador explotado que sobrevive con el salario mínimo. Y eso no es bueno.

Es insensato creer que la benevolencia, la honradez, la sinceridad y la lealtad, son valores que primen en la sociedad actual, salvo en casos particulares, cuando han sido reemplazados a vista y paciencia de todos por la malicia, la corrupción, la codicia y la deslealtad. Es simple explicar este fenómeno: Nadie está dispuesto a seguir el buen camino si nimageo lo lleva directamente a la meta del éxito, la fortuna, o la fama, que aparecen cotidianamente en la televisión como un bien supremo.

Ejemplos claros de que la maldad que se siembra en el Mundo va a ganador, y de que Dios, el omnipotente, no está haciendo bien su trabajo. Cada quien sustenta su propia concepción acerca del bien y el mal, eso es cierto y aceptable, pero creo que es inaceptable intentar tapar con un dedo el sol, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver.

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