jueves, 16 de junio de 2011

¡Cuidado! Un mediocre en el camino

(¡Dios mío santo!), no es fácil reconocer en uno tanta mediocridad. Yo camino. Camino en una dirección que desconozco hacia dónde lleva. Es a ratos difusa y con desviaciones naturales. No vivo ni de metas ni de objetivos concretos, porque condicionan al éxito o al fracaso y esas dos palabras me saben a mentira. No me interesa ni me urge tampoco sentirme ajeno a todo eso, que se entiende como el bien común. Si me dan a elegir, prefiero ser un fracasado contento que un exitoso amargado. 

A veces me siento un poco descolocado, como fuera de lugar. Prescindo de aptitudes para emprender como dios manda, entre tanta competencia entre jovencitos que aspiran alcanzar "la cima". Me cago en la competencia, me cago en "la cima". Yo escribo, y ni siquiera sé si lo hago bien o mal. Y más allá que por alimentar mi propio ego -que a ratos se muere de hambre- no me interesa saberlo. 

Está de moda tener proyecciones, proyectos, visión de futuro. A ellos les llaman hombres de bien, porque tienen clarito lo que quieren en su vida: quieren sacar un título, trabajar, tener un auto, una casa, una familia, y trabajar, trabajar y trabajar, como si el mundo se va a acabar. Aspiran alcanzar el tan anhelado sueño burgués. Y después qué... Después nada.

Yo nunca he estado a la moda. Hace más de cinco años que ocupo la mismas dos chaquetas para vestirme, no me compro ropa y no escucho la música que suena en las radios. No hablo de farándula, ni de fútbol, ni de autos. A veces, solo a veces, leo las noticias importante -y eso que soy periodista- pero tengo más opinión que cualquier idiota que pasa el día entero viendo tele. Como diría la "gente de bien", soy una persona carente de ambiciones, una especie de niño "mediocre".

No sé lo que quiero para el mañana. Lo más cómodo para mí sería decir que quiero pasar la vida escribiendo lo que se me dé la gana y que publicaran todas mi tonteras y me pagaran por ello. Soñar es gratis. Lo que sí tengo más o menos claro es que quiero hacer algo que me mantenga contento. ¡Ésa sí que podría ser una ambición!, si es que aspirara al poder, a la riqueza, a la dignidad o a la fama. Pero me cago en todo eso. 

Yo solo apunto hacia una dirección que, persivo, es la correcta, aunque tampoco estoy tan seguro de eso. El tiempo lo dirá. Yo no canto, no toco música, tampoco dibujo como me gustaría hacerlo, sé muy poco de historia y no vivo actualizado. Qué mierda sé, no tengo idea. Escribo, leo y vivo, y eso intento hacerlo con pasión. Si me gano unos pesos por ello, bien; si no, ya veremos. A veces tengo suerte: espero encontrar una salida en medio del camino.

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