domingo, 9 de enero de 2011

Soy pesimista: vamos por mal camino

Soy pesimista, porque pienso que todo tiene un límite y que esto, en algún momento, va a colapsar. Podría ocurrir hoy o mañana, o quizá se trata de un proceso de largo aliento que recién está comenzando. No soy un profeta ni mucho menos. Tampoco me dejo llevar por las profecías Mayas, ni por la revelaciones de la Biblia, ni por las premoniciones de numerosos escritores de ciencia ficción que han aventurado un mundo ‘distópico’. Esas son sólo referencias. Lo mío es sólo una tincada que se sustenta en hechos diarios, en la vida cotidiana.

imageEl otro día leía el diario El Ciudadano, un medio de comunicación que se escapa de la línea editorial mercantil y conservadora que impone el duopolio que impera en Chile, y pensaba que si todos los mass media dejaran de vender slogans, como toda empresa que ofrece sus productos a sus clientes, y actuaran con la convicción de que el buen periodismo existe, contribuirían a forjar una comunidad más lúcida y atenta a las artimañas de las sombras del poder. Pero en la práctica no hay nada de eso.

Compartía unas cervezas con uno de mis grandes amigos y discutíamos acerca de lo que yo considero uno de los peores roles que se pueden desempeñar en esta vida –peor incluso que el de un magnate prepotente, hipócrita, corrupto y repulsivo–: ser narcotraficante. El naimagerco, que comienza vendiendo en su población y que luego se enriquece a costa de cientos de jóvenes consumidos por la droga, le hace un flaco favor a los poderosos, porque inhabilita inmediatamente a un gran número de jóvenes. Es evidente: es más peligroso un joven que piensa a un joven que roba. Pero ellos continúan con su negocio al amparo discreto de otros poderosos que aparecen sonriendo en pantalla.

Pienso que el sistema, como un plan ideado por los que tienen el poder, ha funcionado prácticamente bien, como piezas de ajedrez dispuestas de manera estratégica en el tablero para garantizar un Jaque Mate con escazas posibilidades de revertirlo. Una jugada perfecta que hasta el momento ha tenido escasos reveses.

La solución no se aprecia por ningún lado. No soy anarquista, no reniego del sistema, porque, en rigor, todo es un sistema, desde el sistema solar hasta el sistema digestivo, pero los sistemas deben funcionar correctamente. No pretendo instaurar una revolución, el sistema ya está establecido y no queda otra opción que convivir en él. Tampoco creo en la evolución, o en una evolución positiva, digámoslo así. Y no me gusta hablar de que el mundo cambia constantemente, porque el mundo no tiene nada que ver en este asunto.

Somos los habitantes los que nos dirigimos hacia unimagea dirección que a todas luces parece ser peligrosa, pero que si fuera por la voluntad de la mayoría, estoy casi seguro de que sería distinta. Mientras haya que hacer un esfuerzo de parte de cada uno de nosotros, la posibilidad de que cambiemos el rumbo es prácticamente imposible, pues la desidia es mayor. Como dijo una vez Saramago, si queremos vivir mejor, debemos cambiar nuestra forma de vivir. Y no estoy seguro de que alguien esté dispuesto a hacerlo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uffffffff oieeeeee, eres genial la manera que escribes me encanta... claro que son mas peligrosos los que piensan y planean las cosas... que los demás solo se dejan llevar.... en esos impulsos a veces no se miden y lastiman, pero pues ya mas lastimados de el poder que nosotros mismos les hemos dado por consumirlo, y es en general en todos aspectos... politica, religión, educación.... en fin
fanastico Estebán abrazos y muchisimos saludos!!!

s t b n ! dijo...

Gracias Patty. Oye, tienes razón. Son más peligrosos aún los que piensan y además planean todo. Bueno, tú escribes y yo escribo: los dos resistimos. Vivir es resistir.

SIL dijo...

COINCIDOOOOOOOOOOOOOO.

:)

Y llevo como veinte años más de convicción al respecto.
Pero el dedo que te señala como pesimista o apocalíptica o negativa, siempre me está apuntando, y a veces entonces uno opta por callar, bajar la cabeza y hasta dudar de sus férreas ideas.
Tu escrito no tiene desperdicio.
Tu visión no tiene bandera- se puede aplicar A TODO EL MUNDO.
Es una sabia conclusión global.

UN BESO

SIL