domingo, 28 de junio de 2009

Más que una fotografía: Pseudoperiodismo


414181_400 La labor periodística siempre ha estado sujeta a innumerables críticas. Por esa razón y otras más, no podemos arriesgarnos a poner en cuestionamiento nuestra credibilidad, porque siempre está en juego y es lo poco y único que nos va quedando.

La fotografía en los jardines de la Casa Blanca entre Barack Obama, Michele Bachelet y los periodistas chilenos, es el resultado de un pseudoperiodismo intolerable. Y ojo, que yo no soy un “tonto grave”.

¿Cómo voy a esperar que el periodismo goce de seriedad y mantenga su credibilidad, que día a día es cuestionada, si no se piensa dos veces antes de botar la grabadora, papel y lápiz, para posar en una fotografía con el Presidente de los Estados Unidos?

Para ejercer el periodismo se debe separar lo personal de lo profesional. Más allá de cómo me caiga Barack Obama, el negrito buena onda, o el superhéroe, como ya lo catalogaron algunos, no puedo parecer un amante y fiel admirador de un Presidente que el día de mañana, pase lo que pase, voy a tener que criticar y denunciar.

¿Cómo voy andar por la vida dando abrazos y apretones de mano a todos aquellos políticos, empresarios, funcionarios, obispos y figuras públicas que después debo reportear?

El periodismo cumple el derecho de cada ciudadano a informarse con datos verdaderos. ¿Los lectores, auditores o espectadores tienen el derecho a cuestionar mi objetividad y seriedad si demuestro simpatía o admiración hacia un personaje que debo acechar e incomodar con preguntas ingeniosas? Claro que tienen el derecho.

Tal como dijo en “El Mercurio” el Presidente del Colegio de Periodistas, Abraham Santibáñez, el periodismo no depende de mis gustos, ni de mis simpatías, menos de cómo me traten. “En el periodismo se debe marcar claramente la diferencia entre información y opinión”.

La independencia y la credibilidad no pueden ponerse en juego. Cuando un personaje en cuestionamiento cree que puede tener a raya a un periodista mediante favores, regalitos, fiestas y reuniones baratas, vamos por mal camino. Yo quiero un periodismo conflictivo, denunciador e intimidante.

Cuando escucho decir que los medios tienen la culpa de esto y de lo otro. Cuando escucho decir que somos nosotros quienes ocultamos la información. Que nosotros somos garantizas de las acciones ilegítimas del gobierno. Cuando escucho todo eso y mucho más, no puedo aceptar ni aplaudir una fotografía que permita seguir cuestionando la independencia y la credibilidad, que nunca es suficiente, pero que ha logrado desbaratar corrupciones, actos ilícitos y cuántas otras injusticias.


Por eso mismo, tal como señaló Santibáñez, “no me gusta que los periodistas se saquen los partes ni compartan festejos con quienes deben hacer cumplir la ley”.

No hay comentarios: