martes, 2 de noviembre de 2010

Soliloquio: reflexión en voz alta y a solas

No me gusta caer en personalismos tan abismantes. Pero, al fin y al cabo, este es mi espacio, y no se trata aquí más que de la mirada particular que tengo acerca del mundo que me rodea, con sus limitaciones y todo.

imageHago esta aclaración porque sólo en ciertas ocasiones expongo los sentimientos y emociones que me abordan cada día. Prefiero, en cambio, relatar desde mis vivencias –que no son muchas a mis veinte años, aunque tampoco me quejo por ello– lo que yo considero que vale la pena. Y, sinceramente, no sé si lo que voy a contar ahora tenga el mérito para ser relatado.

Basura. Todo lo que dije antes no tiene ningún sentido si finalmente diré lo que quiera decir, y punto. Hoy fue uno de esos días en que uno se siente un poco inseguro. Yo ando por la vida con la frente en alto, convencido de lo que hago, o al menos creo estarlo, y eso ya es suficiente. Pero de pronto parece que todo deja de tener sentido, y ahí es cuando uno empieza a cuestionarse si lo que está haciendo es lo correcto, si va por el camino que lleva al lugar indicado.

imageSiempre he creído que lo mío es el periodismo, o al menos logré convencerme de eso. Estuve un poco más de un año inmerso en la vorágine del trabajo en terreno. Dicen que no existe mejor práctica profesional que trabajar en radio Bio-Bio, y ahora puedo decir que es verdad. Fue bastante tiempo para mí que tengo 20 años y curso recién tercer año de periodismo, pero fue sólo el comienzo de un recorrido que, ahora que lo pienso, no es el que quiero vivir para toda mi vida.

Soy de las personas que se resisten a vivir de lo que no les gusta. Y quiero ser sincero, no me imagino toda mi vida en una sala de prensa redactando noticias, con la presión de los jefes y los gritos descontrolados de algunos por sacar la información al aire. No. No es eso lo que quiero para mí. Ni tampoco me imagino como jefe en algunos de esos lugares.

imageMe gusta hacer lo que me satisface de verdad. Me gusta leer. Me gusta escribir. Estas líneas se tipiaron con una satisfacción enorme que se fue diluyendo mientras escribía estas últimas palabras.

Hace algunos minutos leía con calma uno de los autores que más me gustan. Y es allí donde encuentro mi plenitud, cuando me siento satisfecho. Por suerte, esto no es completamente ajeno al periodismo que yo persigo, que es el periodismo más inteligente, que se aleja un poco de la tontería habitual. Espero que esto no sea sólo un sueño, y que lo que pienso, lo que persigo y lo que quiero hacer para toda la vida tengan cabida en el mundo real.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

y es tan dificil encontrar la plenitud

Unknown dijo...

siempre perseguir los sueños, lo que nos mueve, lo que nos gusta ...