Una vida reducida a una sala intensiva
Jonás permanece profundamente dormido. No está en condiciones de recibir a nadie, salvo en los lapsos determinados por el período de visitas. Cuando sus familiares entran a verlo y está medianamente despierto, realiza un pequeño gesto con sus manos, como para decir que está ahí, quizá no para ser el doble de Chayanne, pero sí para sostenerse en la precariedad que le permite ese hilo de vida que aún le cuelga.
El pasillo está atestado de visitantes. A ratos, Mónica conversa cómplicemente con su hermana sobre cualquier cosa, pero no sobre Jonás. Evitan referirse a él para no empeorar los ánimos, que ya están bastante decaídos. Después vuelven a quedarse calladas y en silencio cada una piensa en su hijo, la otra en su sobrino, que es el mismo, Jonás o Chayanne, da igual, a veces se mimetizan y ya están acostumbradas a que así sea.
Mónica, siempre algo ida, un tanto desconectada de la tensa atmósfera que invade aquel lugar y del que sigue sin inmutarse, piensa en su hijo, que permanece conectado a un ventilador mecánico y alimentado vía sonda, reposando sobre una camilla blanca en una habitación del mismo tono, y vestido ya no con sus camisas apretadas al estilo Chayanne, sino con un desaliñado delantal blanco, de esos que ocupan todos los enfermos de este hospital público.
A propósito, tenía varias actuaciones pendientes, pero como era de esperar, todas fueron canceladas. Varios avisos por trabajo le seguían llegando mientras se encontraba en la UTI. Eran llamadas sin respuesta. Los viajes al extranjero que estaban programados quedaron anulados. Todo se desmoronó de un momento a otro.
Pasó su Navidad y Año Nuevo alejado de los escenarios. En el hospital. Su proyecto musical, uno de sus mayores anhelos, quedó estancado. Se trataba de 15 canciones inéditas en un disco titulado Música y Amor, que tuvo que dejar de lado por el momento. También postuló al Festival de Viña 2011, pero quedó en nada. Todos sus proyectos quedaron postergados. Su vida solamente está para el tratamiento intensivo en una sala del Hospital Barros Luco.
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