lunes, 13 de julio de 2009

El fútbol: ¿Pasión de multitudes?

Tras el triunfo de la Universidad de Chile los resultados, según la prensa, fueron 245 detenidos, un joven apuñalado, dos farmacias saqueadas y dos bancos dañados.

formadevidsa ¿Por qué morir por la camiseta? ¿Qué representa una camiseta? ¿Qué es un equipo de fútbol? ¿Existen límites claros que marquen la diferencia entre la diversión o la pasión, al fanatismo y la locura?

Vemos una familia que llega tranquilamente al estadio para hacer barra al equipo de sus amores. Es el gran clásico y no pueden dejar de alentar a la camiseta que han traspasado por la familia de generación tras generación.
Cambiarla por otra sería casi como un crimen.

Cuando comienza el partido, están todos expectantes. Reclaman entre ellos el mal desempeño de algunos jugadores, pero alaban las jugadas de las estrellas del equipo. Todos comentan y no falta el que hace callar. Gritan sus goles, se abrazan entre ellos, y reprochan los puntos en contra. Pero, en el fondo, están felices.

Vemos, por otro lado, hinchas competir a muerte por un equipo. Se toman las micros, rompen lo que haya a su paso, sacan la madre al adversario. Protagonizan discusiones vanas y ridículas como si el futuro del país estuviera en juego y en la mayoría de los casos desencadenan en peleas callejeras.

Voh’ soy pura moda”, discuten algunos, cuando no han pasado más de cinco años desde que formar parte de una escuadra se ha transformado en la verdadera manía del momento. Adolescentes y sobre todo mujeres que dicen jurar amor eterno por el único ocio que alimenta sus indolentes vidas. Porque no tienen otra forma de gastar su tiempo.

Y así llegan al estadio en patota, siempre en grupos grandes, y, por si fuera poco, esto es sólo el comienzo. Es la previa antes de llegar al match. Es el fanatismo personificado.

CHILE NO ES UN PAÍS FUTBOLIZADO

Es verdad, Chile no es un país “futbolizado”. El fútbol, simplemente, es el único pasatiempo que existe. El deporte, en su concepto más amplio, no existe en nuestro país y, lamentablemente, el balón pie se lleva todos los créditos. Pero hay que ser objetivo, no puedo soslayar ni negar que el fútbol, desde su lado amigable, sí funciona para unir a un pueblo entero.

Es increíble ver cómo un país tan dividido sólo por ver jugar a la Selección Chilena crea un ambiente expectante. Aflora el patriotismo, se arman las típicas juntas de amigos y familiares frente a un televisor, se adelanta la jornada laboral y Chile se convierte en uno sólo. Todo eso por sólo 90 minutos, y en un abrir y cerrar de ojos el fútbol desaparece y vuelven a quedar de pie los fanáticos.

barrabrva 

LA HINCHADA Y SU PASIÓN; EL JUGADOR Y SU DINERO; LA INSTITUCIÓN Y SU NEGOCIO.

Pero el cuento con las hinchadas es muy distinto. Esta moda, como la mayoría de las que existen hoy en día, fomenta la división, la exclusión y la violencia. Si a esto le sumamos el fanatismo desmedido, el ocio y la mediocridad, llegamos a extremos desequilibrados que ni siquiera los mismos hinchas, como verdaderos animales irracionales, son capaces de entender.

Por ejemplo, no es normal defender un equipo de fútbol con el mismo fervor con el que defenderíamos nuestras propias vidas. Existen diferencias sustanciales que no vale la pena mencionar.

“Mañana jugamos contra las zorras, tenemos que puro pitiarlas”. “¡Madres culiás son terrible amarillas!”. “Mi equipo lo llevo en el corazón compadre, ustedes son pura moda, tai’ vio”.

¿En qué se ha convertido el único deporte que existe en nuestro país? ¿Eso es fútbol? Es inconcebible pensar que un grupo de personas “den la vida” o “mueran” por un equipo que, en esencia, está constituido por seres humanos con un trabajo como cualquier otro ciudadano.

Y como en cualquier trabajo, existe una retribución –que no es poca- y que si no va de acuerdo a las exigencias del jugador se termina un contrato y con ello el ‘amor’ del jugador al equipo por el que jugaba. A fin de cuentas, el profesional, más que por la camiseta lo mueve el dinero.

El fútbol en nuestro país y en el mundo entero, al igual que la música, el cine, la tecnología y los medios masivos –sólo por nombrar algunos afectados, digo afectados porque es una lástima que todo se transforme de acuerdo a la lógica del mercado– se han convertido en una gran máquina comercial. Todo genera dinero, y el dinero mueve las masas, las conciencias y los corazones de muchos aficionados.

El futbol es un negocio más que a través de la estrategia publicitaria busca generar adeptos. Salvo las alegrías de algunos y las rabias de otros, los beneficios al país son nulos: no aumenta el empleo, no se eleva el nivel de la educación, ni mejora salud. Todo sigue igual.

Una empresa como el fútbol busca hacer creer a los aficionados que ellos forman parte de los logros de todo un equipo, que nada de lo bueno sucedería si ellos no estuvieran. Y más, cuando gana el equipo ganan todos sus seguidores también, sin importar que la supuesta ‘ganancia’ no se aprecie por ningún
hinchadavilentalado.

¿QUÉ ES DEL FÚTBOL SIN EL HINCHA?

El fútbol sin ese tipo que dice ser hincha, pero que en realidad es un fanático perturbado, ocioso, indolente e ignorante, sería mucho mejor.

¿De qué nutre la pasión por el futbol? De energías, está claro que sí. Pero de nada sirve tener tantas energías para malgastarlas desquitando la rabia tras una derrota.  De nada sirve armar un campo de batalla donde la posibilidad de cobrar vidas humanas ya ha sido, más de una vez, una trágica realidad.

Las “barras bravas”, los “fanáticos” o “extremistas” se han tomado el fútbol: deporte de multitudes. No han aceptado que todo esto es un juego y quieren formar parte de una victoria de la que no son parte. El tiempo malgastado, el ocio, la ignorancia, la violencia, son algunos factores importante que han coartado la posibilidad de que cualquier familia vaya al estadio a ver a su equipo favorito.

Las hinchadas bravas han transformado el balompié, el único deporte que tenemos en nuestro país, (respetando, obviamente, a los miles de deportistas que existen en Chile) en un deporte de mediocres, holgazanes y retrógradas.

3 comentarios:

Keldor dijo...

Yo concuerdo contigo, de hecho no se si escuchaste cuando el presidente de Union Española, hablo repudiando los actos delictivos y tratando de delincuentes a los de la U, opinion que comparto, esque el problema es la mentalidad que hay en chile, no es como en españa, inglaterra o italia -3 de los paises con mas cultura futbolistica- donde las personas van al estadio a divertirse, hasta da gusto ver los partidos por la television. Los estadios europeos nisiquiera tienen mallas, a diferencia de los chilenos donde son estrictamente necesarias para encerrar a los "animales"(porque no se si merecen llamarse hinchas) para que no hagan tantos destrozos.

s t b n ! dijo...

A mi no me gusta clasificar a todos como delincuentes, porque de hecho hay muchos hinchas que no lo son. Lo que critico más que nada es que el fanatismo sea tanto que desencadene en actitudes violentas como las sucedidas.

Unknown dijo...

a que lindo su blog-ger me gusta
sipp escribe tan bien
lo lei sii

da alergia esa gente tonta vale callampaaaaaaaaaaaa

te amoo!!!!!!!!!!!!!!!!