Dicen que Sansón tenía una fuerza extraordinaria e inalcanzable para el común de todos los hombres. Que fue capas de vencer a un león con sus propias manos, acabar con todo un ejército con sólo una mandíbula de burro, y derribar un edificio. Lo más impresionante es que el origen de su fuerza provenía de su larga cabellera. Si se lo cortaba, perdía el vigor para luchar contra sus enemigos.
Fueron tres largos años que dejé crecer mi pelo. Lo cuidé y le tomé cariño. Alcanzó a medir entre 35 a 40 centímetros de largo. Era ondulado y lo llevaba siempre amarrado. Me acostumbré a él. Era una chascón, medio hippiento, medio desordenado, pero feliz. Y de un momento a otro, me aburrí.
A pesar de reflexionar por un largo período de tiempo, no llegué a ninguna conclusión; le hice caso a mis impulsos, y me corté el pelo.
Ahora está muy corto. No tanto como algunos quisieran, ni tan largo como otros esperarían, pero no estoy para dar en el gusto a nadie. Lo que sí, retrocedí un par de años. Digamos que ya no represento 24 años, sino que los 20 que tengo.
No sé de dónde provendrá ese afán que he tenido desde chico por llevar el pelo largo. Recuerdo que fue una lucha que duró al menos ocho de los 12 años permanecí en el colegio. Los inspectores siempre me castigaban por lo mismo. Cortarme el pelo era mi trauma durante aquellos años. Lo peor era enfrentar a mis compañeros con el pelo recién tijereteado, y que todos notaran el cambio y se burlaran de mí.
Me acuerdo que prefería quedarme encerrado en la sala de clases, al menos una semana, hasta que el pelo se “normalizara” (en otras palabras, no me viera tan estúpido), antes que exhibir mi nuevo look en el patio en pleno recreo, aún cuando todos me mintieran diciéndome que me veía excelente.
Esta vez no fue tan diferente a las anteriores. Me molestaron en la pega, en la U, y en la familia, por lo poco. Ahora me siento como el personaje de la historia que relaté al principio. Siento como que perdí fuerzas, pero no tantas como para no seguir de pie.
Claro, el pelo crece. Ese es mi único consuelo. Guardé una trenza de cuarenta centímetros de extensión como recuerdo de esa larga cabellera que alguna vez tuve, y que no sé si volveré a ver. La llevo conmigo. Quién sabe, quizá tenga suerte y me conceda la fuerza del personaje de la mitología hebrea.
2 comentarios:
Ahora lo tienes mas cortito aun y volviste a tener un poco de años que con el corte anterior, podría decir que es tu corte ideal ya que no te envejece ni te rejuvenece raroooo,simplemente te ves bien,
oye,me gusto la historia de al principio no sabía que sanson era ése, ...¿este personaje sale en la biblia tambien?
como siempre sus temas bien escritos,
te amo miamor.
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