Finalmente, me decidí: Quiero ser periodista.
- ¡¿Vas a estudiar periodismo?! Me preguntaron en más de una oportunidad, con cara de sorpresa.
- Si- les contesté- quiero estudiar periodismo. Y de inmediato me respondieron…
- ¡Pero si vas a terminar cesante, está copada!
Ya no me resulta extraño recibir este tipo de comentarios, si los medios de comunicación se encargaron de promoverlo. Un semestre me ha llevado conocer el poder que éste tiene como llevador de masas y ahora entiendo su efectividad. Es que me cuesta entender que el mismo Colegio de Periodistas se encargue de impulsar la campaña "No seas un periodista frustrado".
Según un estudio realizado por la Universidad Adolfo Ibáñez, acerca del futuro de los estudiantes de periodismo, l
!Qué horror! Las cifras resultan significativamente alarmantes. Más aún si el mismo presidente del Colegio de Periodistas, Luis Conejeros, desincentive a los estudiantes que quieran estudiar periodismo a través de una realidad a medias.
"Hemos querido empezar a jugar en la lógica del mercado y la lógica del mercado privilegia, entre otras cosas, que un consumidor informado toma mejores decisiones", aseguró Conejeros.
Agregó que "lo que hemos hecho es una campaña, a nuestro juicio meramente informativa, donde no estamos entregando ninguna opinión, sino que le estamos diciendo a los muchachos realidades comprobadas y oficiales”.
Primero, es penoso que transformen la carrera de periodismo en una lógica de mercado. Y segundo, que califique como una mala decisión estudiar periodismo.
El problema no está en promover una campaña que muestre realidades oficiales, sino en que esta estrategia comunicacional no se encarga de solucionar el problema de raíz. La realidad es otra y habla por sí sola: faltan buenos periodistas.
Falta concientizar a aquellos jóvenes que quieran estudiar periodismo. Falta demostrarles que muchos de los egresados no cuentan con las aptitudes para ser un gran profesional.
Cuántos estudiantes universitarios no le vieron el verdadero peso a la carrera, se mantuvieron cinco años a merced de la ley del menor esfuerzo y nunca esperaron que en en el trabajo les dijeran que no están satisfechos con su trabajo. Es una dura y triste realidad que lamentablemente conlleva frustraciones.
Por eso estoy aquí, cursando mi primer semestre de Periodismo, asumiendo un reto sin importar el qué dirán, sin importar el maldito dinero que a la mayoría de los jóvenes les quita el sueño (porque primero quieren saber cuánto van a ganar y después se deciden por la carrera).
Estoy seguro de que el buen periodista siempre tendrá un espacio, sea como sea. Si de algo tengo fe, son de mis capacidades. Y si sufro una caída, seguida de una o dos o tres frustraciones, tendré la suficiente fortaleza para levantarme.
No es difícil entender. Lucho por levantarme día a día con ganas de trabajar en lo que me gusta, sin el estrés ni la angustia de pasar toda una vida laburando con un peso que no me corresponde cargar.
Al contrario del Colegio de Periodistas, incentivo a todos aquellos estudiantes, con ganas y motivación, a que estudien periodismo. Una de las carreras más hermosas todo el mundo.
Ser periodista es un compromiso con la vida y con uno mismo. Un reto que sólo los mejores lograrán enfrentar. La historia la escriben los vencedores, y mientras existan periodistas de vocación y no mediocres sin convicción, la felicidad, el fin último del ser humano, estará frente a nuestro ojos.
Como decía un profesor de mi colegio - que en paz descanse –, “créete el cuento”. Y yo sí me la creo, porque ese cuento de ser periodista es de mis cuentos preferidos.
1 comentario:
TAMBIÉN ES MI CUENTO PREFERIDO, DEMASIADOS COMENTARIOS!!!
No os preocupeis, algún día reiremos frente a muchas caras o escaparemos de la ciudad para que nadie nos encuente (creo más en la primera)
Olvídate, lo único que tengo de periodista frustrado, es leer el diario !Qué lataaa!
saludos compañero del cuarto poder.
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